El británico Mark Cavendish (HTC) se despedirá del Giro de Italia ante la llegada de la alta montaña, pero antes se anotó la duodécima etapa disputada entre Castelfidardo y Rávena, de 184 kilómetros, en una jornada de transición en la que Alberto Contador mantuvo sin problemas la maglia rosa, la víspera del "infierno" de los Alpes y Dolomitas.

Por la mañana, en la salida de Castelfidardo, Cavendish dijo que desde Rávena se marcharía a casa. A primeras horas de la tarde, se le vio levantar los brazos en la ciudad donde reposa Dante celebrando la segunda victoria en la presente edición, la que desempataba con el italiano Alessandro Petacchi (Lampre) y el español Fran Ventoso (Movistar), que restan con un triunfo cada uno.

Se marcha el "chico terrible" de la Isla de Man con un regalo de adelanto a su cumpleaños. El sábado cumple 26 años, el día del Zoncolan. El hombre acusado por Ventoso de subir remolcado el Etna verá la etapa por la tele, al refugio de recorridos demoledores para los velocistas.

"Cav" cumplió el pronóstico en la última oportunidad para el esprint. Su equipo, el HTC, hizo la etapa para él. Echó abajo la escapada del día y luego preparó el "terreno" como antaño. Un esprint ordenado que remató ante los italianos Davide Appollonio (Sky) y "Alejet" Petacchi (Lampre), todos con el tiempo de 4h.17.25.

No se produjo un esprint masivo merced a una caída que se produjo en la penúltima curva. Una montonera que cortó el pelotón sin afectar a los tiempos oficiales, siempre los mismos cuando el accidente se produce dentro de los 3 últimos kilómetros. Fran Ventoso quedó sin opciones para discutirle a su enemigo íntimo británico una victoria con carga simbólica después de sus acusaciones mutuas.

Día placentero para los favoritos en el viaje que ponía fin a la interminable incursión por la costa adriática. Ahora la carrera se neutraliza, por enésima vez, hacia el "infierno" de la alta montaña. Allí empieza el Giro de verdad, la hora D para los favoritos. Llega Contador con la maglia rosa, con una renta de 59 sobre Sivtsov y 1.21 sobre Vincenzo Nibali, el jefe de la oposición.

La etapa la lanzaron cuatro corredores que salieron sin futuro alguno en el kilómetro 7: Miguel Mínguez (Euskaltel Euskadi), Ricci (Farnese Vini), Golas (Vacansoleil) y Clement (Rabobanak). Y el HTC de Cavendish se puso el mono de trabajo para perseguir y estabilizar la fuga no más allá de los 3 minutos.

Caducó la aventura a 13 kilómetros de meta. Y no cambió el guión. La escuadra estadounidense siguió marcando el ritmo con el pelotón en fila india. Ningún salto.

Cuatro hombres de "Cav" en cabeza llevaron en carroza a su líder hasta la recta final. Mientras por detrás se deshacía la montonera, el británico señalaba con los dedos el número uno. Esta vez sin polémicas, esprint claro, limpio, indiscutible. Dos victorias en el casillero, campeón de esprinters en el Giro 2011 y para casa, a preparar el Tour de Francia, donde volverá a dar que hablar. Seguro.

Mañana se disputa la decimotercera etapa entre Spilimbergo y Grossglockner, de 167 kilómetros. Comienza la alta montaña, los grandes puertos, el duelo entre los favoritos. En la jornada que se adentra en Austria esperan 4 puertos y el final en el Alto de Grossglockner.