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El serbio Novak Djokovic se proclamó ayer vencedor por segunda vez del Masters 1000 de Roma al imponerse al español Rafa Nadal, defensor del título, por un doble 6-4. Tras dos horas y 12 minutos de partido, el tenista de Belgrado se adjudicó su séptimo título del año, el cuarto Masters 1000, y sumó su trigésima séptima victoria consecutiva de la temporada en el circuito ATP.

Un triunfo que se suma al obtenido la semana pasada en Madrid, donde el serbio ya arrebató el cetro a Nadal, y que le permite seguir invicto en 2011. Nadal y Djokovic se han enfrentado en un total de 27 ocasiones, con un balance que, pese a la derrota de ayer, sigue siendo favorable al español con 16 victorias. Sin embargo, si se cuentan sólo los encuentros de este año, Djokovic se impone como claro vencedor con las cuatro victorias obtenidas en las finales de Indian Wells, Miami, Madrid y Roma.

Unas victorias y una trayectoria que suponen una inyección extra de moral en su asalto a Roland Garros, que comienza el próximo domingo y que todavía se le resiste al tenista serbio. Es precisamente en París, donde Djokovic dispondrá de una de sus mejores bazas para arrebatarle a Nadal el número uno del mundo, ya que mientras "Nole" defiende cuartos de final, el español cerró como campeón.

Durante la ceremonia de entrega de los trofeos, Nadal felicitó al serbio por "la fantástica temporada que está haciendo", agradeció el apoyo y las muestras de cariño recibidas en estos días y cerró diciendo: "Espero que nos veamos el año que viene". Djokovic, por su parte, aseguró que "ha sido un gran placer" disputar este torneo y medirse en la final a "un gran campeón" como Rafael Nadal, al que felicitó por la semana que ha firmado en la capital italiana.

La final de Roma empezó con tres horas de retraso debido a la lluvia, lo que regaló a Djokovic un poco de tiempo extra para recuperarse del duro encuentro que jugó la noche anterior contra el británico Andy Murray, en el que llegó a estar a sólo dos puntos de la derrota y que acabó decidiéndose en el "tie break".

El tenista de Manacor inició el encuentro apostando por un juego largo, consciente de que el cansancio acumulado por Djokovic podía ser un punto a su favor. El serbio, por su parte, comenzó muy agresivo y buscando la vía rápida para eliminar ese factor.

Los dos tenistas salieron a la pista, más lenta por causa de la lluvia, con gran intensidad en una primera manga marcada por la igualdad y en la que hubo que esperar al octavo juego para ver la primera bola de "break", que el serbio supo aprovechar para ponerse por delante 5-3.

Nadal aguantó aquí la embestida y le devolvió la rotura de servicio, pero acabó cediendo terreno al juego siguiente y encajó un nuevo "break" con el que Djokovic se adjudicó la manga.

En el encuentro de ayer el serbio, al que se vio de nuevo haciendo estiramientos en el fondo de la pista como ya hiciera ayer ante Murray, hizo gala una vez más de su fortaleza mental y logró sacar partido de situaciones que le habrían dificultado el encuentro. Con el partido en contra, Nadal cedió su primer saque de la segunda manga pero se repuso en el juego siguiente devolviendo esa ruptura al serbio. El de Manacor empezó así a mostrar su mejor juego y con 3-4 en el marcador ganó su saque salvando una situación complicada e igualando el marcador. Sin embargo esta mejoría no bastó para forzar el set del desempate, ya que el serbio ganó su servicio en el siguiente juego y al resto sentenció el encuentro en la cuarta bola de partido. Con su victoria, Djokovic repite su hazaña de 2008, cuando se coronó campeón en Roma ante el suizo Stanislas Wawrinka, la única ocasión de los últimos seis años en la que Nadal no se hizo con la victoria.

Al término del choque, el español dijo que lo intentó durante todo el partido, pero reconoció que el serbio fue superior. "Lo intenté, así que sólo puedo felicitarle y seguir trabajando. Creo que estoy en la línea adecuada", afirmó Nadal en la rueda de prensa posterior al partido, en la que admitió que el serbio está jugando a un nivel muy por encima de la media.