Cuando parecía que el empate a uno sería el resultado definitivo en el partido que enfrentó ayer a Ontinyent y Alicante en el estadio de El Clariano, Javi Salero soltó un zapatazo envenenado desde la banda izquierda que se coló en la portería de Reguero, desatando la locura en el banquillo y entre los más de cincuenta aficionados que se desplazaron a tierras valencianas para ver a su equipo culminar una gesta que parecía imposible.

El Alicante empezó el partido de la peor manera posible. Un despiste de la defensa en el primer minuto del encuentro hizo que el Ontinyet empezara adelantándose en el marcador, poniéndole las cosas difíciles a los de Borge a las primeras de cambio.

Sin embargo, los jugadores no se vinieron abajo y fueron fieles al estilo y a la actitud que están demostrando en los últimos meses y se hicieron con el control del partido mientras los locales parecían conformarse con el resultado.

Los celestes llegaban al encuentro de ayer tras perder en casa frente al Sant Andreu de manera injusta, ya que el Alicante fue muy superior a su rival pero no tuvo suerte de cara a portería. Contra el Ontinyent mantuvieron la tónica y esta vez el gol si llegó, y por partida doble.

Uno de los referentes en el ataque fue Óscar Martín, que completó una gran actuación y a punto estuvo de marcar de cabeza en el minuto 21 de partido, pero su remate acabó chocando contra el larguero de Reguero.

Óscar también puso la nota negativa del partido. Al borde del descanso, recibió una entrada escalofriante que no fue sancionada por el árbitro y que obligó al delantero del Alicante a abandonar el terreno de juego en camilla y con un collarín en el cuello mientras era aplaudido por la afición. Jon Uriarte ocupó su lugar.

Remontada

Ya en la segunda mitad, el Alicante continuó dominando el partido y poniendo el juego mientras los locales se encargaban de poner las faltas. Hasta seis tarjetas amarillas vieron los jugadores del Ontinyent a lo largo del partido.

El primer gol celeste llegó en el minuto 62 y fue obra de Nacho Casanova tras convertir un penalti cometido por Arturo a la salida de un córner.

A partir de este momento fue cuando el partido se volvió algo acelerado y el árbitro intentó solucionarlo amonestando a diestro y siniestro. Consecuencia de ello fue la expulsión del mediocentro alicantinista Forte, que en el minuto 62 vio su segunda amarilla, algo dudosa, tras una falta en el centro del campo.

Para compensar la inferioridad numérica e intentar mantener a raya a los rivales en el centro del capo, Borge dio entrada a Paco por Rubén Martínez, adelantando a Didac de su posición natural.

Los minutos iban pasando y el marcador no tenía pinta de moverse más. Fue con el descuento casi cumplido cuando Javi Salero culminó una remontada épica con un gol para enmarcar.

Con el triunfo de ayer, el Alicante vuelve a la senda de la victoria tras romper su racha de doce partidos consecutivos sin perder el pasado fin de semana.

El gol de Salero daba tres puntos importantísimos para seguir en la lucha con los de arriba, que cada vez es más dura, y coloca al Alicante quinto a un punto de los puestos de promoción y a tres del liderato.