Se sentirá extraña la tropa de la Fórmula 1 el domingo (algún día llegará) que una carrera termine sin polémica. La de ayer se cerró a medias, con 78.000 euros (100.000 dólares) de multa a Ferrari y el traslado del caso al Consejo Mundial de la FIA, el comité de sabios del automovilismo. Allí se piensan los reglamentos que traen todas estas peleas. Folios y folios de fárrago que no consiguen abarcar todo lo que puede llegar a pasar en un circuito. Serán ellos los que rematen el asunto, con Ferrari en el punto de mira. Peligran sus puntos en el campeonato de constructores. Será difícil que le quiten la victoria a Fernando Alonso. Fue la escudería la investigada.

Acusan a los italianos de aplicar órdenes de equipo en beneficio del asturiano. Totalmente prohibido, pero a la orden del día. Lo que castigaron en Hockenheim lo ignoraron hace unas pocas semanas en Estambul, cuando Red Bull pidió a Webber que ahorrase combustible. De pronto se le vino encima su compañero Vettel, el preferido en la casa, y los dos acabaron enzarzados. Ese día, a Button le venían diciendo lo mismo para que no inquietara a Hamilton. Ganó el inglés. En esta misma pista de Hockenheim, en 2008, Kovalainen se dejó adelantar por Hamilton. En 2007, Massa puso el Mundial en bandeja a Kovalainen con un repostaje lamentable. Y así mil y una vecesÉ Incluso ayer, cuando también McLaren solicitó a Button el famoso "save fuel, Jenson" (ahorra combustible).

La historia de lo que pasó ayer en Alemania empezó a escribirse en 2002, no muy lejos de aquí, en Austria. Optaba Schumacher al campeonato pero Barrichello lideraba la carrera. El brasileño ignoró las órdenes hasta la misma línea de meta. Levantó el pie y Schumi pasó como una flecha bajo la bandera a cuadros. Bochorno. La FIA decidió que aquello no se debía repetir y prohibió las estrategias de equipo.

La norma se relajó y los jueces empezaron a mirar hacia otro lado al tiempo que se construían eufemismos y códigos para indicar cuándo un piloto debe dejar al superarle. "Ahorra combustible" o "Nuestro otro coche es más rápido" son los clásicos.

En el símil con el fútbol, las órdenes de equipo vendrían a ser las primas a terceros. Todos saben que están ahí, los maletines viajan de un lado a otro a toda velocidad, pero nadie admite utilizarlos.

Pasa lo mismo en la Fórmula 1, y la casualidad, siempre la casualidad, quiere que sea precisamente cuando Ferrari y Fernando Alonso están implicados que hayan decidido cortar con el asunto. Lo de la Scuderia con el mando federativo tiene miga. No hace tanto que los italianos disfrutaban de cierta manga ancha a la hora de aplicar el reglamento. Claro que Hamilton no existía entonces y tampoco había llegado el año 2009, cuando Ferrari encabezó la revuelta contra el poder establecido y amenazó con liderar un campeonato paralelo. Sin obviar que Jean Todt, presidente de la FIA, salió por la puerta de atrás de la dirección de Ferrari y las tuvo tiesas con el presidente Montezemolo.

"Fernando es mucho más rápido que tú", le soltó por la radio a Felipe Massa Rob Smedley, su ingeniero de pista. En un suspiro, Fernando Alonso adelantó al brasileño y pasó a liderar la prueba con algo menos de veinte vueltas hasta el final.

Un minuto de la carrera monopolizó la tarde. Volvieron las prisas al paddock, el feroz acoso de los medios británicos a Fernando Alonso, como en aquel 2007 con McLaren, las declaraciones frente a los jueces y las crónicas pendientes de un hilo a la espera de la resolución.

Tampoco Felipe Massa ayudó mucho en la representación, dolido por ver que se le escapaba el triunfo justo un año después del accidente que casi le cuesta la vida en Hungría. Un Ferrari medio parado en la pista es demasiado sospechoso, aunque luego se escudó en que no iba bien con los neumáticos duros y que él mismo fue quien decidió dejar pasar a Alonso "por el bien del equipo".

Las intervenciones de su ingeniero por la radio no fueron las mejores para la defensa del "fair play". Pidió perdón al piloto y antes hasta le solicitó confirmación de que todo lo había entendido como era debido.

Faltan datos, no obstante, que se irán conociendo. El resto de las conversaciones serán clave. Al fin y al cabo, es la realización televisiva la que decide qué escuchan los espectadores, qué comunicaciones se "pinchan" y cuáles no. Igual que esa maliciosa repetición que se vio con el coche de Massa bajo de revoluciones mientras Alonso le adelantaba como una bala. "Para un día que ganó hay lío", dijo Alonso sonriente camino de su camerino y antes de que le llamaran ante los jueces. Allí estuvo, igual que Massa, que Rod Smedley y que Massimo Rivola, director deportivo de Ferrari.

Hasta el momento de la polémica el Gran Premio había sido un monólogo de Ferrari. Vettel desperdició la carrera desde la pole. Tanto respeto le imponía Alonso y el fortísimo ritmo del F10 todo el fin de semana que se olvidó de que había más pilotos en la pista. Arrancó bien el asturiano y el Red Bull inició la defensa, arrinconando a Alonso contra el muro. Pista libre para Massa que se lanzó al horizonte. El ovetense se pegó tras él y así fueron toda la carrera hasta que, en la vuelta 49, sonaron las palabras malditas en la radio del brasileño: "Fernando es más rápido que tú, ¿has entendido del mensaje?". De poco sirvió que al acabar, con su piloto de nuevo en el podio nueve carreras más tarde llegase una frase cariñosa. "Has vuelto Felipe, eres magnánimo".