Alberto Contador, triple vencedor del Tour de Francia y el luxemburgués Andy Schleck, dos veces consecutivas segundo tras el español, están llamados a ser los enemigos íntimos de la grande boucle en los próximos, por potencial, edad y trayectoria en las últimas temporadas.

El duelo ya está marcado a fuego. Tras los monopolios de Miguel Indurain en los años 90 y del estadounidense Lance Armstrong entre 1999 y 2005, se consolida un desafío que ya empezó apenas llegaron los corredores a París.

Se trata de un duelo "para la historia" según el legendario Bernard Hinault, con cinco Tour en su palmarés, además del Giro y la Vuelta. El "Caimán" asegura que habría que remontarse a su época, en los ochenta para encontrar un combate a dos similar, cuando el propio Hinault medía sus fuerzas con su compatriota Laurent Fignon y el estadounidense Greg Lemond.

Anteriormente se escribieron muchas crónicas míticas con los pulsos entre Coppi y Bartali, Anquetil y Poulidor, Merckx y Ocaña, Indurain y Rominger o el último entre Armstrong y Ullrich. Las próximas ya están previstas para el mes de julio de 2011.

Lo dijo Contador en los Campos Elíseos apenas se le secó el sudor de la última etapa. "Andy me lo ha puesto muy difícil y es un gran campeón. Tiene una mentalidad ganadora y tengo claro que me lo pondrá muy difícil en los próximos años y la rivalidad será muy fuerte", señaló.

Andy, de 25 años, dos menos que Contador, es un corredor ambicioso, descarado, el único que ha sido capaz de apretar dentro y fuera de la carretera al madrileño. En el asfalto ya presionó lo que pudo en 2009, aunque acabó a más de 4 minutos, este año lo intentó hasta comprobar que su rival de momento tiene respuesta para todo. La distancia se recortó hasta los 39 segundos, la quinta más pequeña de la historia entre los dos primeros de la general.

El luxemburgués, que se marchó con los triunfos de etapa de Avoriaz y Tourmalet, no tardó en avisar. Su obsesión es cambiar el maillot blanco de mejor joven por el amarillo que se llevó puesto Contador.

"Este año no he podido conseguir el objetivo, pero dentro de un año volveré a París con el maillot amarillo", dijo el jefe de filas del Saxo Bank, quien admitió que "Alberto Contador ha sido el más fuerte", concluyó.

No hay más candidatos en la escena del pelotón internacional. Los que llegaron al Tour con la vitola de favoritos no dieron la talla, con excepción del ruso Denis Menchov, quien al menos se subió al tercer escalón del podio. Los Ivan Basso, Cadel Evans, Kloden, Leipheimer, nunca lucharon en vanguardia, anduvieron perdidos prácticamente desde el principio, y los jóvenes, como el checo Roman Kreuziger o el holandés Robert Gesink, de momento, se les espera pero no llegan.

La lucha deportiva ha trascendido a lo personal, con vaivenes. En principio llegó la polémica por el famoso caso de la cadena de la bicicleta de Andy. Al luxemburgués no le hizo la menor gracia que Contador aprovechase un problema mecánico para largarse disparado hacia meta. Aquellos 39 segundos que le sacó en Bagneres de Luchon resultaron decisivos al final.

El español, silbado en el podio por parte del público, sabe que le conviene cuidar la imagen ante el público francés. Esa noche publicó un vídeo pidiendo disculpas a Andy porque "tal vez" se había equivocado. Y Andy las aceptó. Luego en el Tourmalet recibió un premio de Contador: no le disputó la etapa cuando marchaban escapados y ganó el luxemburgués.

Llegaron abrazados e hicieron las paces, por los que la rivalidad deportiva no trasciende a lo personal. Será mejor que demuestren sus habilidades en el "terreno de juego". Para ello se preparan y el Tour, no sobrado de alicientes, les recibirá con los brazos abiertos dentro de un año.