El español Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) devolvió las aguas a su cauce a pesar de todos los comentarios del fin de semana en el que el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) regresó a la competición y sumó su cuarto mejor tiempo consecutivo de entrenamientos.

Rossi, que quiso meter a Lorenzo en una guerra dialéctica con sus declaraciones en la que no entró el español, al final se ha tenido que conformar con la quinta plaza de entrenamientos a casi seis décimas de segundo de su propio compañero de equipo.

Lorenzo supo aguantar a lo largo del fin de semana sin entrar en disputas dialécticas y a la postre contestó en donde se debe hacer, en la pista, en donde doblegó a todos sus rivales para continuar siendo el referente de la categoría de MotoGP y eso que, de manera indirecta, fue protagonista de los entrenamientos por partida doble.

El motor de una de sus Yamaha M 1, con apenas 1.500 kilómetros de uso y una vida útil que debiera haber llegado hasta los 2.000, se rompió a la media hora de iniciados los entrenamientos y en plena recta de meta.

Las espectaculares imágenes de la Yamaha de Lorenzo ardiendo no dejaron impasible a nadie, ni al piloto, que reconoció que se dio cuenta enseguida del problema y que notó un fuerte calor en sus "posaderas", por lo que en cuanto pudo se apartó de la pista, pues la moto comenzó a perder aceite.

El líder del mundial tuvo suerte pues la moto comenzó a perder aceite por el lado derecho y no cayó sobre la rueda trasera, lo que habría provocado su caída, lo que si sucedió con los pilotos que venían tras él, el estadounidense Ben Spies (Yamaha YZR M 1) y el francés Randy de Puniet (Honda RC 212 V), que rodaron por los suelos al final de la recta de meta.

El peor parado de ambos fue Randy de Puniet, quien tuvo que marcharse directamente a la clínica del circuito al tener fuertes dolores en un tobillo, que podría ser el mismo que se fracturó la pasada temporada cuando practicaba motocross.

Por entonces, el mejor tiempo de entrenamientos era para Dani Pedrosa, pero se tuvo que producir un pequeño receso al tener que limpiar los comisarios de pista el aceite que se había derramado sobre la misma y mostrar por ello la dirección de carrera la bandera roja por este motivo.

Apenas unos minutos después se volvió a la acción, con Pedrosa líder, secundado por Casey Stoner y Jorge Lorenzo, mientras que en la cuarta plaza se encontraba Valentino Rossi.

Cuando el semáforo vuelve a estar verde, la situación al frente de la clasificación apenas cambia, todavía hay trabajo por delante, pero con menos de diez minutos de entrenamientos efectivo comienzan a producirse los movimientos definitivos en talleres.

Y, así, mientras Rossi entra en su taller es Lorenzo el que sale del suyo y lo hace para completar una vuelta de calentamiento de neumáticos y, en la siguiente, ya marcó la mejor vuelta de los entrenamientos y eso que por momentos dio la impresión de que el también español Aleix Espargaró (Ducati Desmosedici) le había molestado en el último parcial.

Apenas un giro después volvió a rebajar su tiempo, ya con Rossi en pista, que se reveló incapaz de acercarse a su compañero de escudería, quien mantuvo a raya incluso a un competitivo Stoner.

El australiano, campeón del mundo de 2007 en MotoGP doblegó a Dani Pedrosa en su último giro para encaramarse a la segunda posición, sin acercarse a Lorenzo, con Pedrosa en la tercera plaza.

Rossi, en su regreso a la competición, no pudo cumplir con su objetivo de estar en primera línea, pero se garantizó la quinta plaza, justo por delante de Héctor Barberá (Ducati Desmosedici), en tanto que Aleix Espargaró fue noveno y Álvaro Bautista (Suzuki GSV RR) ocupó el decimosexto lugar.

Entre los percances, amén del motor de la moto de Jorge Lorenzo y las caídas de Ben Spies y Randy de Puniet, se produjo también la caída del sanmarinense Alex de Angelis, sustituto del lesionado Hiroshi Aoyama -el japonés se cayó en Silvertstone-, sin consecuencias para su integridad física.