Algo se guarda Holanda en el dobladillo de la manga, algo que ayer se negó rotundamente a enseñar durante su sesión de entrenamiento en las instalaciones de la Universidad de Witwatersrand, en el centro de Johannesburgo, cerrada a cal y canto. Quedan dos días para la gran final y algo tendrá preparado el maestro Van Marwijk para ahogar el fútbol de Xavi e Iniesta, pero eso sólo se verá mañana en el Soccer City, pues hasta entonces la selección holandesa permanecerá acantonada, ocultando cómo piensa derrumbar los pronósticos de los entendidos. Hasta sus compatriotas más ilustres, gente como Van Nistelroy, Cruyff o Koeman, e incluso los adivinos más reputados, como el mismísimo pulpo Paul, le otorgan el papel de cenicienta.