El Mundial ha entrado en su semana grande, la de los elegidos, ya que las cuatro selecciones que han alcanzado las semifinales seguirán en el torneo hasta el final. Permanecer vivos en estas instancias del torneo era el sueño de los 736 futbolistas que iniciaron el Mundial el 11 de junio el inicio del Mundial, pero que ha quedado reservarse a los 92 que integran las selecciones semifinalistas: Alemania, España, Holanda y Uruguay.

La última semana del Mundial es la que tradicionalmente queda reservada a la alegría de las semifinales, la frustración del tercer y el cuarto puesto y la explosión de la final, que acabará también en una fiesta inolvidable para el ganador y un abatimiento sin consuelo para el perdedor. En cualquier caso, todos los que no están desearían encontrarse en la piel de los que se han quedado, incluso si tuvieran que firmar que no iban a tener más premio que el del cuarto puesto.

La primera de las semifinales medirá esata tarde a Uruguay y Holanda en Ciudad del Cabo y la segunda enfrentará mañana en Durban a Alemania. Los perdedores se enfrentarán el sábado en Puerto Elisbeth por el tercer y cuarto puesto y los ganadores jugarán la final el domingo en Johannesburgo.

A estas alturas del torneo, buena parte de la competición pertenece al pasado, pero en el futuro está todavía lo que más se recordará del Mundial. Las despedidas de Italia y Francia suenan a algo remoto, al igual que el gran ambiente que generó el equipo anfitrión, los bafana-bafana de Sudáfrica, que hace ya dos semanas dejaron al torneo sin la fiesta que se supone aporta la selección que actúa como local. Aunque no está tan lejos, también suena a pasado el gol fantasma que entró y no se le concedió a Inglaterra, el fuera de juego que no se pitó contra México o el adiós de los portugueses en un encuentro muy cerrado ante la selección española. Más recientes son las despedidas de Brasil, Argentina y Paraguay y la sensación de que Kaka, Leo Messi, Cristiano Ronaldo o Wayne Rooney se han quedado con la miel en los labios a la hora de convertir a este Mundial en un impulso hacia su consagración particular. No se puede evitar. El torneo es sólo para los que se quedan, es decir, para Holanda, que ha ganado todos sus partidos, o Uruguay, que no ha perdido ninguno. Incluso a alguno le parecerá extraño que, por lo visto en los últimos encuentros, Alemania y España hayan llegado cada una a semifinales con una derrota en su casillero.

El Mundial es ahora de los aspirantes al título en lo global y en lo particular. Cuatro porteros, Iker Casillas, el uruguayo Fernando Muslera, el alemán Manuel Nauer y el holandés Maarten Stekelenburg que pueden ser determinantes ya que las posibilidades de que algún partido se resuelva por penaltis son elevadas y la gloria o el fracaso puede depender de ellos. El gol también va a ser un metal precioso en esta semana. Villa encabeza la lista de goleadores, pero el alemán Klose, el holandés Sneijder o el uruguayo Forlán van a tratar de dar algún nuevo zarpazo.