La 97ª edición del Tour de Francia que se pondrá en marcha este sábado en Rotterdam (Holanda), en medio de ambiente futbolístico, apunta sus focos al español Alberto Contador como máximo favorito al título, que, en caso de conseguirlo sería el tercero, en una edición montañosa que se decidirá la última semana en los Pirineos con el legendario Col del Tourmalet como estrella.

Cerca de los 28 años, Contador acude a su cita del año "más tranquilo que nunca", como único jefe indiscutible en el Astana, un equipo de un potencial por demostrar, en el que se ha rodeado de corredores de confianza, incluso con amigos, y sin rivales en casa ni en el pasillo del hotel.

Los enemigos surgirán en la carretera. El grupo opositor será numeroso, empezando por el estadounidense Lance Armstrong, su enemigo íntimo en la pasada edición. Un rival veterano, a punto de gastar 39 tacos de almanaque, enormemente mediático y con ganas de hincarle el diente al chico de Pinto, quien se presenta con 8 victorias en la temporada, incluida la del Alpe D'Huez de la Dauphiné Liberé.

Palmarés menor presenta el texano, sin triunfos, pero en progresión de forma. "Estoy mejor que hace un año", asegura, pero hasta el momento presenta en su hoja de servicios un tercer puesto en la Vuelta a Luxemburgo y un segundo en la reciente Vuelta a Suiza, solo batido por Frank Schleck. "Ahora toca ser primero", se atreve a decir el inquilino del tercer escalón en París, tras tres años de jubilación.

Pero el duelo natural será el de Contador con Andy Schleck. El luxemburgués, de 25 años, es el único que ha tratado de tú a Contador y que le ha puesto en apuros. Campeón de su país contrarreloj, contará con un potente equipo, el Saxo Bank, con su hermano Frank de segundo espada y hombres veteranos que pueden hacer la vida imposible al Astana y a su líder.

Contador asegura que confía en su equipo, pero sabe que este Tour puede ser de desgaste y de emboscadas donde menos se lo espere. Sus rivales descartan jugarse todo en el mano a mano en la montaña porque ahí el madrileño es el más fuerte.

El nuevo Radioshack acumula experiencia y calidad en cantidades industriales. Armstrong se rodeó de sus fieles y otras perlas. A los Leipheimer, Kloden y Popovych añadió a última hora al esloveno Janez Brajkovic, el hombre que batió a Contador en la Dauphiné. El equipo americano y el Saxo Bank van a presentar batalla desde la primera semana, con el pavés como elemento estrella y temible en la tercera etapa. "Será una carnicería", según el siete veces campeón del Tour.

Schleck y Armstrong no serán los únicos rivales directos de Contador en esta edición que constará de un total de 3.600 kilómetros repartidos en un prólogo y 20 etapas, con el Col del Tourmalet como estrella con un doble paso, el segundo de ellos como final de etapa.

Después de 5 años de ausencia, incluidos dos años de sanción por dopaje, el italiano Ivan Basso se presenta como vencedor del Giro, arropado por un Liquigas que contará también con el checo Roman Kreuziger, un escalador solvente que acompañará a su líder en las etapas de montaña.

Cadel Evans, al frente del BMC, encabeza un grupo de corredores que lucharán en la zona top ten, en la que se pueden incluir al español Carlos Sastre (Cervélo), vencedor del Tour 208, una vez recuperado de sus lesiones que se produjo en el Giro, al ruso Denis Menchov (Rabaobank), con la asignatura pendiente en la grande boucle.

El Euskaltel Euskadi, Caisse D'Epargne y Footon Servetto, son los tres equipos españoles que saldrán el sábado de Roterdam. La escuadra vasca buscará un triunfo de etapa, y un puesto en la general con Samuel Sánchez. El campeón olímpico es de los que admiten el favoritismo de Contador. "Saldrá con cinco minutos de ventaja", dijo.

Caisse D'Epargne, sin Valverde

El Caisse D'Epargne, sin el sancionado Alejandro Valverde, se queda sin candidato al podio, por lo que también se tiene que apuntar a un triunfo parcial, para lo que cuenta con los campeones de España contrarreloj y en ruta Luis León Sánchez y José Iván Gutièrrez. El murciano ya sabe lo que es mojar en el Tour y será la referencia en el cuadro navarro. El Footon Servetto tiene el equipo más joven del pelotón. Los de Josean Fernández Matxín se apuntarán a las aventuras y a esperar el día de gloria.

El Tour 2010, que empezará con ambiente futbolístico por el Mundial de Sudáfrica, rendirá homenaje al primer paso de la carrera por los Pirineos, allá en 1910, cuando el francés Octave Lapize probó la crueldad del Tourmalet como primer conquistador de la legendaria cima. "Sois unos asesinos", les espetó a los organizadores.

Las etapas con sabor a las clásicas de primavera y el doble paso por el Tourmalet son las características de esta edición. El pelotón temblará en la tercera etapa con 13 kilómetros de adoquinado concretados en el último tramo de la etapa entre Wanze y Arenberg. Hay miedo por esa jornada, de ahí que la totalidad de favoritos hayan ido a inspeccionar el recorrido.

La montaña aparecerá en los Alpes en la octava jornada con final en Avoriaz. Un día después el pelotón disfrutará de la primera jornada de descanso, y luego cerrarán el primer ciclo de montaña, con el ascenso a La Madeleine, cuya cima está a 30 kilómetros de la meta en Saint Jean de Maurienne. "Unas jornadas de desgaste", según Contador.

El plato fuerte y definitivo llegará en la última semana con los finales en alto en Les Domaines y Tourmalet y la contrarreloj final de la víspera de la llegada a París, de 52 kilómetros, donde se decidirá la general.

Los esprinters, otra carrera

Los esprinters tendrán sus opciones de gloria. El británico Mark Cavendish (Columbia), el australiano Robbie McEwen (Katusha), el noruego Thor Hushovd (Cervélo) y el estadounidense Tyler Farrar (Garmin) serán los hombres con los que se tendrá que pelear a toda velocidad el español Oscar Freire (Rabobank), en la recta final de su carrera y con pocas ganas de luchar por el maillot verde "porque requiere mucho desgaste".

Temas como el dopaje convencional no están centrando la atención en la víspera del inicio del Tour en tierras holandesas, pero la organización se ha cuidado de no verse arruinada por el dopaje mecánico. Un escáner tratará de evitar que los motores escondidos en los cuadros de las bicicletas sustituyan la fuerza de las piernas por la mecánica.