El presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes, anunció ayer su dimisión, tras el fracaso de la selección nacional en el Mundial. "Después de un fin de semana de reflexión (...) considero que es mi deber dimitir de mi función de presidente". Escalettes dijo que queda "a disposición de todos para analizar sin complacencia las razones del equipo de Francia en Sudáfrica". Debía comparecer el próximo miércoles ante la Asamblea Nacional para explicar la hecatombe de la selección francesa en Sudáfrica, un día después de que lo haga la ministra de Deporte, Roselyne Bachelot. Desde su puesto en la presidencia había defendido la continuidad de Raymond Domenech tras el fracaso de la Eurocopa.

"Mi decisión está esencialmente dictada por la voluntad de preservar y facilitar la evolución de una institución a la que sirvo con pasión desde hace decenas de años", declaró Escalettes, quien dice haber asumido "con lucidez" su parte de "responsabilidad".

Tras la desafortunada aventura de la selección, la clase política había exigido responsabilidades a los culpables del fracaso mundialista. El propio jefe del Estado, Nicolas Sarkozy exigió "responsabilidades" por el "desastre" de la selección de Raymond Domenech. De alguna forma, esa presión desde el Eliseo ha sido una de las causas que ha propiciado la marcha del responsable futbolístico francés.