El fútbol se vive con pasión en ambas orillas del río Miño. Seis años después de la victoria portuguesa en la Eurocopa, la que apeó a la Roja de Sáez, las fuerzas parecen estar tan igualadas como entonces. O eso al menos es lo que perciben los aficionados. Los portugueses creen que Os Navegantes -así bautizó a su selección Carlos Queiroz- se encuentran en disposición de alcanzar los cuartos de final en Suráfrica. La Roja ha perdido adeptos en los últimos encuentros. Muchos coinciden en señalar que no es el equipo que obtuvo con todo merecimiento el título europeo en 2008. Les pesan las piernas del cansancio acumulado durante una temporada tan cargada de partidos.

Desde la terraza de una cafetería de Valença, Joaquim Pereira y Jorge Correa analizan el partido del martes en Ciudad del Cabo. Ambos lamentan que el duelo ibérico se produzca a las primeras de cambio. Les gustaría que fuese, al menos, en una semifinal, porque convienen que son dos buenos equipos y que cualquiera puede ganar. "A ver cuál de las dos es mejor", apunta Pereira, "porque el empate no puede ser".

En Valença ha aumentado la admiración por David Villa. El ariete asturiano del Barcelona ha desbancado a Fernando Torres en el ranking de venta de camisetas. Así lo atestigua Rui Silva, dependiente de una tienda de deportes, que no duda en señalar a Portugal como clara favorita.

Otra comerciante, la china Cai Xiaohua no tiene duda de que Cristiano Ronaldo, su ídolo, seguirá compitiendo más allá del martes. El delantero del Real Madrid volverá a toparse con la pareja de centrales del Barcelona. Pero no sólo Piqué y Puyol tratarán de amargarle la noche. En el Green Point también tendrá enfrente a Iniesta, con el que se encaró en el Camp Nou hace unos meses.

Saldar cuentas pendientes

Como recuerdan en la base de los Bombeiros Voluntarios de Valença, en Ciudad del Cabo también podrán saldar cuentas pendientes Queiroz y Del Bosque. El técnico portugués sustituyó al salmantino en el banquillo del Real Madrid, en 2002. El bombero Luis Ferreira se atreve con un resultado, 1-0, a favor del equipo luso, y señala a Thiago como goleador. El centrocampista nacido en Viana do Castelo es uno de los futbolistas más admirados de la selección de Queiroz.

El responsable de la base, Caraux, tiene dudas sobre el resultado del martes, pero confía en su equipo. Para ello, recuerda lo acontecido en la Eurocopa de 2004:"España también era favorita y ganó Portugal".

En la otra orilla del Miño los pronósticos tampoco son muy nítidos. La igualdad de fuerzas parece convencer a muchos, aunque algunos, como Carmen María García Braga, el duelo le dejará un sabor agridulce. "Tengo el corazón dividido. Si España no gana, que Portugal sea campeona del Mundo", apunta la presidenta de la Federación de Empresarios del Baixo Miño, de padre luso. La ilusión de esta mujer que reside en A Guarda hubiera sido que ambas selecciones "se enfrentasen en la final".

El patrón mayor de la cofradía de pescadores de A Guarda, Francisco Pérez, no duda al desear una victoria española "por tres goles de diferencia, por lo menos". En casa no pensarán lo mismo, pues su esposa es portuguesa. Este pescador presume de tener muchos amigos al otro lado del río. Con ellos, anuncia, "espero vivir un partido con mucha intensidad". En la misma sintonía se encuentra Eduardo Jorge Méndez, director del gimnasio Di-Son de Tui: "Deseo que gane España, como mínimo, por 4-2". En su negocio están inscritos muchos portugueses, por lo que reconoce que esta eliminatoria del Mundial será especial para él. A pesar de la amistad que le une a sus vecinos del sur, Méndez no oculta sus deseos de que España alcance los cuartos de final.

El ambiente en la frontera galaico-portuguesa va animándose a medida que se acerca la fecha de un duelo que llega con las fuerzas muy niveladas entre dos selecciones con un largo pasado de rivalidad.