Rafa Nadal, segundo cabeza de serie, consiguió una sufrida victoria en cinco sets (6-3, 4-6, 6-7, 6-2 y 6-3) frente al alemán Petzschner en la tercera ronda de Wimbledon, tercer 'Grand Slam' del año, para lograr el pase a los octavos de final después de un final épico en el que terminó con problemas físicos.

El español volvió a sufrir como le sucediese ante Robin Haase el pasado jueves. A pesar de encarrilar el partido con un gran comienzo, poco a poco el choque se le fue haciendo más cuesta arriba para el actual número uno del mundo, que vio cómo el alemán remontaba y se ponía por delante en el marcador para llegar a cinco largos sets, en los que el español supo ganar gracias a su capacidad mental.

El primer set se cerró sin complicaciones (6-3) para el manacorense pero, lejos de venirse abajo, Petzschner supo reaccionar y se mantuvo dentro del encuentro. La segunda manga estuvo igualada desde el principio y el germano consiguió ajustar los errores que le habían costado el primer set. Petzschner también mejoró con su poderoso saque. Nadal tardó en entender el cambio de guión y el alemán aprovechó su incertidumbre para hacerse con el segundo set (4-6).

Aunque quiso reaccionar, Nadal se encontró con un rival pleno de moral que cada vez estaba más suelto sobre la pista. Además, el español acusaba el cansancio y ya no llegaba con tanta claridad a los insistentes golpes de su rival. Con ello, la tercera manga llegó a la 'muerte súbita', en la que Petszchner hizo valer su saque para dejar al manacorense en un situación comprometida (6-7).

Sin embargo, para ganar al balear es necesario llegar hasta el final y no concederle ningún espacio. Nadal se resintió de los problemas físicos en su rodilla, pero recurrió a la fortaleza mental que recuperó en la tierra batida, y reacciónó para embolsarse el cuarto parcial con superioridad (6-2).

El alemán no supo frenar a un rival que creía contra las cuerdas y el partido se le volvió cuesta arriba ante el vendaval del mallorquín que, sin practicar su mejor juego, rompió el último y definitivo set. Nadal olvidó sus problemas físicos y borró el potente saque de su rival con una colección de restos que le dejaron en bandeja la manga (6-3) y el partido, que por momentos creyó perdido.