Un grupo de cuatro o cinco jugadores de dos equipos distintos reprodujeron acciones en el área con remates, empujones, fueras de juego, protestas y hasta vuvuzelas de fondo, lo que ha permitido a los árbitros completar la preparación técnica necesaria para dirigir partidos del Mundial.

Con este tipo de acciones se desarrolló la parte más destacada de la sesión de preparación de puertas abiertas para los medios de comunicación que hoy organizó la FIFA en el campo de entrenamiento del Odendaal High School, en los alrededores de Pretoria.

Un grupo de jóvenes jugadores compuesto por un portero, varios defensas y algunos delanteros participaban en jugadas sobre una portería, que unos tenían que defender y otros que atacar.

En estas jugadas se producían diversas circunstancias sobre las que el árbitro, que llegaba en carrera desde el centro del campo, y los jueces de línea, que corrían la banda, tenían que pronunciarse.

En función de lo que veían, daban por bueno el gol, pitaban falta del que consideraban que lo había cometido, señalaban fueras de juego, decretaban saques de puerta o de esquina y mostraban, si venía el caso, tarjetas amarillas y hasta rojas.

Todo ello con un intenso sonido de fondo, trasmitido a través de altavoces del campo de entrenamiento en el que se reproduce el ambiente habitual de un campo de fútbol con un volumen elevado y reforzado por el inconfundible sonido de las vuvuzelas.

Los chicos que interpretaban las jugadas que los árbitros debían resolver eran mitad futbolistas, con una notable condición técnica, y mitad actores, ya que sus recursos para crear situaciones en las que los árbitros debieran pronunciarse eran de lo más variados.

Se quitaban la camiseta tras festejar un gol para que el árbitro no olvidara mostrarles la tarjeta, protestaba airados la cartulina sacada a uno de sus compañeros, acosaban al árbitro en grupo y hasta recriminaban por fingir una lesión al que quedaba tendido en el césped.

Hasta dejaban que el balón rebasara tímidamente la línea de banda o de fondo para comprometer al asistente a la hora de levantar o no la bandera.

Aciertos y errores

Tras cada cinco o seis de jugadas, tantos los futbolistas como los árbitros y sus asistentes se aproximaban a una cámara en la que podían ver la repetición tanto de las acciones como de sus decisiones para comprobar los aciertos conseguidos y los errores cometidos.

El representante del Departamento de Arbitraje de la FIFA, el español José María García Aranda, señaló a EFE que el objetivo de este tipo de trabajo es familiarizar a los colegiados con las jugadas clave de los partidos a base de reiterarlas.

Los árbitros, por tanto, puedan experimentar en el entrenamiento acciones reales del juego como las que se van a encontrar durante los partidos.

"Es cierto que son decisiones excepcionales, pero si se trabaja su reiteración, se mecanizan los gestos, lo que contribuye a mejorar el rendimiento en los partidos", agregó.

La sesión contó con sesiones diferencias para los distintos árbitros en función de los partidos que han pitado y los que iban a pitar.

El departamento de Arbitraje de la FIFA establece pautas de preparación en función de los días que hace del último partido dirigido y de los que faltan para el siguiente.

Según el trabajo que se les encomienda, un árbitro se hace un a idea del tiempo que le queda para designar otro partido. Por ello, el español Alberto Undiano Mallenco cree que le asignarán un partido para el jueves o el viernes de esta semana, en las dos últimas jornadas de la fase de grupos del Mundial.

Algunos árbitros no estaban en la jornada de puertas abiertas, ya que se encontraban fuera de Pretoria para dirigir partidos este lunes o el martes o todavía no habían regresado de los partidos asignados para la jornada del domingo.