La de Sara Carbonero no ha sido la única polémica. Al acabar el partido, Luis Aragonés (que está en Sudáfrica como comentarista de la cadena Al Yazera), vertió algunas críticas, más o menos veladas, hacia Del Bosque, sobre la preparación física o los cambios introducidos durante el partido ante Suiza.

Ayer comparecía el entrenador y, lógicamente, se le preguntó al respecto. Con el rostro serio, aún afectado por una derrota a la que la selección española no estaba acostumbrada, Del Bosque respondió diciendo sin decir nada: "No tengo nada que decir, cada uno expresa sus opiniones. Es una persona que conoce perfectamente a este grupo, ha trabajado con ellos, ha conseguido un éxito extraordinario que fue la Eurocopa. Solo puedo respetar al máximo sus opiniones. De mí no se va a escapar ni una sola palabra del antiguo seleccionador porque aquí no hay dos Españas, una de Luis y otra de Del Bosque. Exclusivamente hay una", añadió.

Midió sus palabras, pero dejó mensajes a su estilo para el destinatario, quien llegó a afirmar que "el problema viene de lejos" y que "nadie gana un título ni un partido antes de jugarlo".

"Si respondo estaría juzgando las declaraciones y mi intención no es hacerlo con nadie. No estoy aquí para vencer ni convencer a nadie si no para intentar que las cosas funcionen de la mejor forma posible, no para debatir y menos con una autoridad como el antiguo seleccionador".

Los internacionales españoles digirieron la derrota aprovechando la mañana libre para, divididos en grupos, hacer un pequeño safari, recluirse en el gimnasio para trabajar o desconectar con un paseo por el centro comercial de Potchefstroom. Sergio Ramos no padece ninguna lesión de importancia en las costillas.