La selección española inicia este miércoles ante Suiza su camino en el Mundial de Sudáfrica, una cita en la que la 'Roja' se enfrenta al mayor reto de su historia, el de responder a las grandes expectativas creadas y cumplir con el papel de serio candidato al título que le ha sido asignado.

Nunca partió España con tantas esperanzas depositadas en un Mundial. La que será su decimotercera aparición en el máximo escenario internacional se presenta como la oportunidad histórica de un equipo al que todos coinciden en señalar como uno de los rivales a batir.

Pese al optimismo con el que la selección española ha iniciado cada una de las grandes citas en las que ha participado, justo antes de que la competición se encargara de convertir la ilusión en decepción, en esta ocasión el juego y los números sí justifican la vitola de favorita con la que acude la 'Roja' a Sudáfrica.

En ese cambio hay un antes y un después, el triunfo en la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008, un torneo que sirvió no sólo para reivindicar y recompensar un estilo de juego basado en el toque, sino para acabar con una larga lista de 'sinsabores'.

Y es que desde aquel cuarto puesto en Brasil'50, el mejor resultado mundialista, España ha vivido muchas decepciones en las siguientes citas hasta México'86, donde rozó las 'semis', lo mismo que en Estados Unidos'94, cuando se chocó contra Italia, o Corea y Japón 2000, donde la modesta anfitriona también hizo de los cuartos de final una barrera infranqueable, una despedida precipitada que se produciría una ronda antes en Alemania 2006, ante Francia.

Sin embargo, el campeonato que mañana inicia la campeona de Europa llega en el mejor momento de su historia. 43 victorias, 3 empates y una sola derrota en los últimos 47 encuentros son los números que avalan a los de Vicente Del Bosque, que se ganaron la plaza mundialista con una histórica clasificación en la que lograron el pleno (diez triunfos en diez partidos).

Este intachable curriculum, unido a un juego combinativo, que ya se ha convertido en 'marca de la casa', ha situado al combinado nacional en la 'pole position' para Sudáfrica. No obstante, lo logrado hasta ahora no garantiza la presencia en la final del 11 de julio y desde la puesta en escena de mañana tendrá que comenzar a traducir su superioridad en resultados, los elogios en victorias y, en definitiva, su sueño en realidad.