Reconforta escuchar la palabra podio en los labios de Fernando Alonso. En la pelea por la pole dio continuidad a lo que venía apuntando en el fin de semana canadiense y se metió en la segunda línea de la parrilla. Celebrar un cuarto puesto no es lo que venía en las partituras de los cantos que generó su fichaje por Ferrari. Pero las fanfarrias se fueron apagando según avanzó la temporada, con la contundente victoria de Bahrein alejada en el tiempo. La buena noticia para el asturiano es que está otra vez con los buenos, gracias a que el F10 encontró en la pista de Montreal todo lo que no tuvo en Turquía. Allí naufragó, se ahogó en sus curvas rápidas. Pero ayer fue otra cosa. El coche respondió. Se sabía por su buen agarre y solvencia en las curvas lentas, por la buena respuesta de los frenos en un circuito donde son clave. Y Alonso hizo el resto.

Se colocó desde el inicio con los buenos y pasó los controles intermedios sin apuros. Había una verdadera amenaza sobre Red Bull, dueño de la pole en las siete carreras anteriores. Hamilton lideró en los dos primeros parciales. Escoltaban de cerca Webber y Vettel, también Alonso.

Y la sorpresa llegó en la Q3, un detalle que ofrecerá una carrera del todo distinta a lo visto hasta ahora. Antes de la batalla, los dos Red Bull rompieron la tendencia de la temporada y salieron al último acto con el compuesto de neumáticos duro. Hamilton y Alonso fueron por la vía habitual, con los blandos. Habrá duelo de estrategias en la pista. Vettel y Webber podrán tirar y dejar el relevo de gomas para el final. Deberán poner tierra de por medio mientras los demás hacen su cambio en torno a las primeras veinte vueltas. "Será divertido porque entran en juego muchos factores, como el tráfico o los incidentes que pueda haber", explicó Fernando Alonso. Estaba el asturiano contento, seguro de que podía optar de nuevo a subirse al cajón, que solo conoce dos veces este año, con la victoria de Bahrein y el segundo de Barcelona. "Estamos cerca del podio y es posible llegar. Aquí siempre hay problemas, averías, despistes y demás. Acabar la carrera es un pequeño éxito y sinónimo de que puedes tener un buen resultado. Si todo sale bien, es posible que el podio sea la recompensa".

Por un instante, Fernando Alonso tuvo la pole en su mano. Le duró un suspiro, lo que tardó Mark Webber en pasar por la línea de meta, ya al final de la sesión. Luego se coló Vettel y esperó. Faltaba Hamilton. Espectacular el inglés, logró una vuelta perfecta y su primera pole del año. Bajó a Red Bull de la gloria, a punto de escribir en las páginas de la historia de la F1. Si llegan a encadenar su octava pole, habrían mejorado la marca de Ferrari, siete consecutivas en los años 50.

Hamilton, a declarar

Se llevó su primera pole del año, discutió el dominio de Red Bull y dejó la imagen del día. Lewis Hamilton consiguió la vuelta perfecta de milagro. Por radio le ordenaron cerrar el suministro de gasolina. Se había quedado sin combustible y necesitaba guardar el medio litro de muestra que pide la FIA para el análisis al final del día. El McLaren se frenó en la pista y siguió por inercia, gracias a la leve pendiente. Y Hamilton dio espectáculo, sentado sobre el capó y azotando el coche con la mano izquierda, como a un pura sangre que ha perdido las ganas de correr.

Festejó como un loco su pole, y tuvo que acudir a ver los comisarios. Le pedían explicaciones por la última acción.