Corea del Sur consiguió derrotar (2-0) a Grecia en el primer partido del Grupo B del Mundial de fútbol disputado en Sudáfrica, logrando así sumar los tres primeros puntos y encarrilando la clasificación de cara a los octavos de final luchando en el grupo con Argentina y Nigeria.

El conjunto asiático, que encaraba su séptimo Campeonato del Mundo consecutivo, volvió a dar muestras de su enorme desparpajo y su velocidad en rápidos contraataques con Park Chu-young con la batuta del equipo.

El centrocampista del Mónaco se erigió en la figura del equipo ante la inoperancia del capitán Park Ji-sung. El jugador del United, que llegó entre algodones, apenas entró en juego al estar muy caído a la banda.

Por la banda izquierda llegó el primer gol del partido. Una falta escorada botada por Young-pyo sirvió para que el central del Kashima Junag-soo anotara solo en el segundo palo ante la mirada de la zaga helena, que se vio sorprendida por el '14' coreano.

Con el marcador a favor, los pupilos de Huh Jung-Moo se limitaron a juntar las líneas y a aprovechar los robos de balón cerca del área rival para sorprender la meta defendida por Tzorvas, que tomó el testigo del omnipresente Nikopolidis.

En una de estas ocasiones, Chu-young desaprovechó un mano a mano para poder ampliar la renta en el marcador. Una distancia que podría ser insalvable al ver la actitud de delanteros de la clase de Samaras, Gekas o Charisteas, que no dio muestras de su veteranía para alentar a su equipo.

Tras el descanso, el capitán Park, desaparecido en los primeros 45 minutos, comenzó a tener contacto con el balón y, tras un fallo griego, el 'red devil' fabricó una magnífica jugada individual para firmar la sentencia.

Un resultado que ya no se movería a pesar del último arreón heleno, con más pena que gloria, y a la solidez defensiva mostrada por los coreanos, que llegan con las esperanzas de pasar de ronda en el grupo, un hito sólo conseguido cuando fueron anfitriones en 2002.

Con esta victoria, los asiáticos suman los primeros tres puntos en Sudáfrica y afrontan con garantías sus próximos partidos ante Argentina y Nigeria, teniendo a los africanos como los principales rivales para luchar por la primera plaza.

Todo los contrario que Grecia. Los europeos, campeones del Viejo Continente en 2004 que llegaron a esta cita venciendo en la repesca a Ucrania, sigue contando sus partidos (tres) en un Mundial con derrota y sigue sin ver puerta contraria.

Un hándicap a superar después de lo demostrado en el Estadio Nelson Mandela. Un equipo sin ideas en el centro del campo, lento en defensa y sin ser capaz de crear peligro en el área contraria con enormes dificultades de sacar el balón con claridad.