La selección española de fútbol se desplazó en la mañana de este domingo, de Innsbruck a Schruns, donde fue recibida con el cariño de un pueblo ubicado entre montañas, que es estación de esquí en invierno, con 500 habitantes en las calles con banderas de España y gestos de admiración.

Después de disputar en el nuevo estadio de Tívoli el primero de los tres amistosos previos al Mundial de Sudáfrica, ante Arabia Saudí (3-2), los internacionales españoles completaron el viaje en autobús de Innsbruck a Schruns, a 180 kilómetros de distancia.

Tras dos horas de viaje bajo la lluvia, la expedición española fue recibida con mucho cariño de los habitantes de Schruns en el hotel donde quedarán concentrados. Cada balcón estaba adornado con una bandera de España con el nombre inscrito. Estaban todos, no solo los futbolistas, sino también el personal de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Según bajaban del autobús, un niño con una camiseta con su nombre les esperaba entre la lluvia para protegerles con un paraguas con la bandera de España y acompañarles hasta la entrada del hotel de concentración. Un paseo entre aplausos y con el cariño popular.

Los futbolistas respondieron firmando autógrafos y fotografiándose, antes de escuchar el himno español interpretado por una cantante y tomar un zumo de naranja de bienvenida, también con los colores rojigualdas.