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David Ferrer hizo hoy un ejercicio de autocrítica tras perder en dieciseisavos de final de Roland Garros ante el austríaco Jurgen Melzer y señaló que no tiene "ni la mentalidad", ni aguanta "la presión para ser el 2007".

Aquel año, Ferrer alcanzó las semifinales del Abierto de EE.UU., ganó tres torneos: Auckland, Bastad y Tokio, y se clasificó para disputar la Copa Masters que entonces se jugaba en Shanghai, y logró la final contra el suizo Roger Federer.

"No me corría la bola, no he cogido pista, he estado muy conservador, sin ambición de tirar, esperando que él fallara", dijo Ferrer hoy. "Me faltaba energía, la chispa de otros partidos, y mentalmente no he tenido una buena mentalidad, de garra, estaba a ver qué pasaba, qué hacía él y así de negativo no se podía ganar".

"Empecé un poco parado y no entré en ningún momento en juego. Me ha restado bien, y a mi me costaba, y a él le salía todo de cara", continuó el de Xàbia con su explicación.

"He intentado animarme pero había perdido el esquema de juego. No encontraba la fórmula, sin quitarle mérito a él que ha sabido desquiciarme dentro de la pista", precisó Ferrer, que no se sintió especialmente herido por la derrota. "Llevo cinco años perdiendo en tercera ronda. Me duele porque es París, pero la vida es más que una simple derrota", dijo.

"El me ha sorprendido y ha hecho un gran tenis, yo no me he sentido cómodo en la pista, y ha sido mejor que yo", comentó.