El Meridiano llevaba suma prisa tras el encuentro para coger el avión de regreso a Alicante. El margen de tiempo era estrecho y todo estaba bajo control. Todo excepto el control antidopaje que, por sorteo, deben pasar algunos jugadores tras los partidos. En esta ocasión tocó el turno a Katelynas y Rejón. El pívot lituano finiquitó rápidamente el ritual, mientras que el madrileño tardó algo más. Tuvo que acudir José Luis Mateo, gerente de la entidad, a buscar al pívot para poder llegar al aeropuerto lo antes posible. Finalmente, pudieron llegar al avión sin problemas.

Por otra parte, el canario Carlos Cazorla recibió una sonora ovación a su salida a la cancha. El alero lucentino tuvo el tiempo justo para saludar a sus amigos y familiares que se desplazaron al Centro Insular para verle en acción. Quintana dio más minutos que de costumbre al jugador, que volvió a jugar con una máscara tras la fractura de nariz que sufrió en el encuentro ante el Cajasol sevillano en el Centro de Tecnificación.