El Real Madrid superó la presión que le puso anoche el Barcelona y, con su goleada ante el Villarreal (6-2), se mantiene a dos puntos de distancia del líder, tras una vigésima tercera jornada de la máxima división española de fútbol que se completará mañana con el Valencia-Getafe.

Un excelente partido del portugués Cristiano Ronaldo, autor del primer gol (m.18), con un impresionante chutazo en saque lejano de falta, que asistió al argentino Gonzalo Higuaín en el tercero (m.54) y sobre quien se cometió la segunda pena máxima, llevó a uno de los partidos más completos de un Real Madrid que llegaba tocado de Lyon.

Del mismo modo que en el primer partido ante el Villarreal, la escuadra merengue sudó muy poco para doblegar al equipo que fue el trampolín de Manuel Pellegrini para fichar por el Real Madrid este verano.

Complicándose la vida

Ganó gracias a los goles del portugués, del brasileño Kaká, de Gonzalo Higuaín y de Xabi Alonso. Lo hizo jugando bien pero complicándose la vida, dando aire en momentos concretos del duelo a su rival. Antes del tanto de Cristiano, el Madrid parecía estancado delante de una muralla, algo que apenas inmutó a Pellegrini. Sólo salió del banquillo cinco minutos antes del 18, momento mágico en el que el Ronaldo superó a Diego López con un golazo de falta.

El chileno saltó al césped para estar de pie apenas 120 segundos, los que tardó en volver a sentarse. Apenas se volvería a levantar durante el resto del primer acto, aunque el tanto de Nilmar le obligó a estar pendiente de sus hombres desde el césped casi hasta el final del partido. El quinto de Kaká tranquilizó por completo a Pellegrini, que observó muy tranquilo el resto del partido.

Y es que sólo los goles castellonenses inquietaron al sudamericano, que ha vivido una semana algo alterada por la derrota ante el Olympique de Lyon en la Liga de Campeones. Rumores de unos hipotéticos contactos con el técnico José Mourinho y las críticas por el cambio de sistema y la alineación de Mahamadou Diarra ante el Lyon, alteraron una semana que llegó tras varias de tranquilidad.

Por eso, la victoria ante su ex equipo ha servido como bálsamo para dar carpetazo a las críticas. El Villarreal, al que dirigió en 140 partidos de Liga con 92 victorias, 50 empates y 48 derrotas, ha servido para que el proyecto de Pellegrini vuelva a coger fuerza.