Cada temporada cuesta al entorno de Miriam Duro entre 12.000 y 15.000 euros, dependiendo de las caídas. Sin embargo, este año ha sido inferior. La tienda Oximoto le ha proporcionado la moto, la ropa y el seguro. Toda ayuda se agradece, pero la que llega resulta insuficiente. Apasionada de este deporte, que practica desde los trece años, es consciente de las dificultades para vivir del trial y por eso lo compagina con los estudios de Ingeniería Química. Pertenece al Motoclub Villa de Tibi y sueña con competir en el Europeo y el Mundial.

- ¿Cómo empezó con el trial?

A los trece años, por casualidad. Estaba haciendo mountain bike y me llamó la atención ver una moto de trial, sin asiento y con el piloto en pie. En un primer momento mi padre se negó a comprarme una moto y estuve un año yendo en bicicleta a ver cómo entrenaban. Finalmente, mi padre cedió.

- Pero antes ya había practicado otros deportes...

Sí. Primero empecé a hacer gimnasia rítmica pero pronto vi que no era lo mío y desde los siete años hago taekwondo. Soy cinturón azul y ahora voy a examinarme del marrón.

- ¿Y cuándo decidió que la prioridad era para el trial?

Después de presenciar un campeonato de España y ver que también competían chicas me entró el gusanillo. Entonces, con 17 años, decidí empezar a competir. El taekwondo lo sigo haciendo pero se ha quedado como un hobby.

- Pero llegó a dejar el trial...

Sí. Al principio, con trece años, me lo tomé como un hobby y hubo un momento en que lo dejé porque entrenaba con gente mayor y me aburría.

- Tiene tiempo para todo

Voy a la universidad todas las mañanas. Los martes, jueves y viernes a mediodía entrenó con la moto hasta las cinco de la tarde y después dedicó el tiempo a estudiar. Y los lunes, miércoles y viernes voy a entrenar al gimnasio. El fin de semana son los días más fuertes. Es cuando me desplazó a entrenar con gente de más nivel.

- ¿Le gustaría dedicarse profesionalmente?

Sí, pero es muy difícil vivir del trial. No se conoce mucho y apenas hay ayudas.

- ¿Cuál es el presupuesto de una temporada?

Oscila entre los 12.000 y los 15.000 euros, dependiendo de las caídas. Sin embargo, este año he conseguido la colaboración de la tienda Oximoto de Oliva, que me ha suministrado la moto, la ropa y el seguro.

- ¿Cómo lo llevan sus amigos y familiares?

Siempre me han apoyado, tanto mis padres como el resto de familiares. Mis abuelas me dicen que tenga cuidado y que no me caiga con la moto. El apoyo del mochilero también es muy importante y mis amigas empiezan a entender que no siempre puedo salir porque muchas veces tengo que competir al día siguiente.

- ¿Hay muchas mujeres que practiquen trial?

Cada vez hay más pero entre las dos categorías -A y B- somos unas veinte y nos conocemos todas.

- ¿Y el ambiente que se vive en las competiciones?

Hay más rivalidad en los chicos. Nosotras entrenamos juntas el días de antes, miramos juntas la zona, incluso nos ayudamos en las carreras. Hasta entre los padres hay buen ambiente.

- ¿Quién son sus ídolos?

Toni Bou y la nueve veces campeona de España Laia Sanz.

- ¿Cuál es su próximo reto?

Ganar el Nacional y mantenerme en los territoriales.

- ¿Y su sueño en el trial?

Competir con otras chicas en el Europeo y el Mundial.