En declaraciones a los medios de comunicación efectuadas en la llegada de Oiartzun, el corredor nacido en Torrelavega explicó el desarrollo de la etapa y aseguró "no caber en el cuerpo de alegría".

Cobo relató que cuando se quedó solo en cabeza junto con Sánchez, decidieron que el del Euskaltel "ganaría la etapa" y él "se pondría líder" de la general, pero que "a falta de 500 metros para coronar Erlaitz", comprobó que el asturiano "no iba tan bien", por lo que optó "por arrancar y aprovechar" su oportunidad porque "iba con fuerza" y "con buenas piernas".

"También sabía que tras coronar había una zona de llano y repechos que me beneficiaba", añadió. "He tenido un gran día", valoró.

El cántabro, que abandonó la disciplina del pelotón en torno al kilómetro 40, con otros 130, los más duros, aún por recorrer, reveló que el plan antes de comenzar la jornada era "mover la carrera en Agiña".

"No estaba previsto que atacase tan pronto, pero se ha formado una fuga en la que nadie del equipo se había metido y he decidido ir hacia adelante con la suerte de que nos han dejado marcharnos", indicó.

El ciclista del Saunier Duval lamentó las caídas de sus compañeros Koldo Gil y José Ángel Gómez Marchante, que les apearon de sendas posibles plazas en el podio. "Podíamos haber estado los tres en él", sostuvo. "Son cosas de carrera que no puedes evitar", agregó, resignado.

Tras la etapa de hoy, Cobo cuenta con un segundo de ventaja sobre Vicioso para afrontar la contrarreloj definitiva de mañana, una jornada cuya clave, según el cántabro, se producirá "esta noche".

"Lo fundamental de la crono va a suceder hoy. A ver cómo recupero esta noche, qué tal duermo, porque la paliza ha sido grande", estimó.

Por lo demás, no se mostró excesivamente preocupado por el exigente trazado de mañana. "Es dura, pero teniendo buenas piernas también es buena", aseguró Cobo, que, sin embargo, sostuvo que no es "el favorito para el triunfo" porque "Vicioso ha hecho siempre muy buenas cronos y está en buen momento de forma".