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or fin, la meteorología este año no ha sido protagonista, al menos la única, del Carnaval. Tras las últimas ediciones donde la lluvia, el viento y el intenso frío restaban luz y color a los disfraces, la tendencia del recién acabado enero ha continuado: tiempo seco y temperatura moderada. Así, los más fieles a Don Carnal pudieron disfrutar anoche de la esperada jornada carnavalera por las vías alicantinas más céntricas, engalanadas como la ocasión lo requería.

El Carnaval ha vuelto un año más a inundar de alegría, originalidad, dosis de humor, sátira e ingenio la Rambla de Méndez Núñez y sus aledaños. Una forma de rememorar la batalla planteada hace más de siete siglos en "El Libro de Buen Amor" del Arcipreste de Hita. Don Carnal es la personificación de los pecados de la carne; de él emana la trasgresión, los excesos inherentes al espíritu del Carnaval. Durante unos días (pocos para muchos); la fiesta se apodera y hace frente al sentimiento de Doña Cuaresma. Debido a la premura del tiempo (apenas una semana);, las miles de personas que llenaron el centro neurálgico de la fiesta alicantina no desaprovecharon ningún instante y vibraron con la música servida por las orquestas Platino, Scorpio, Tropical-Show y Nueve Tragos, entre otras. Ritmos variados que contentaron a todos los asistentes.

Los clásicos, cómo no, tuvieron su hueco, como enfermeros, colegialas, ángeles, chicas play-boy, e indios. Sin embargo, hubo un tema especialmente recurrido por los participantes como fue la iglesia, y es que se pudo ver a muchos alicantinos ataviados con trajes de curas, papas, cardenales, monjas y demás. Otros, los que optan por ir más allá, dedicando horas y horas a la invención y posterior confección de los vestidos, exhibieron disfraces con los cuales quisieron ser auténticos gladiadores romanos, que en grupos de veinte personas centraron la atención y risas del público.

Tal y como pregonaba a principios de esta década la banda gaditana Los Cucas: "Vivir es un Carnaval". Con esta filosofía, según la cual "los males los espanta el buen humor", desfilaron por las calles miles de jóvenes con "el buen rollito" como objetivo máximo.

Los niños, antes

Por la tarde, en cambio, los protagonistas fueron los niños. Junto a sus padres, como acompañantes en la mayoría de los casos, aunque más de uno también se atrevió a ponerse el disfraz, desfilaron con la felicidad reflejada en sus rostros. A los más pequeños, la imaginación tampoco les abandonó, aunque la tradición imperó. Había de todo, pero pocos repetían. Duendes, con sus curiosas orejas; indios, que no dejaban sus hachas por si acaso; hadas, con pomposos trajes; guerreros, que sin infundir miedo, sí que al menos transmitían respeto; faraones, que recordan el reciente viaje del presidente Sarkozy a tierras egipcias; animales de toda clase y condición, desde fieros leones hasta lindos gatitos... Sin olvidar, como niños que son, de extraer a sus personajes favoritos de los libros, películas y demás. Batman y Spiderman, como grandes clásicos; Peter Pan, junto a su inseparable Wendy; y la Bella Durmiente, por ejemplo. Los más actuales sacaron al capitán Jack Sparrow de su archiconocido navío, El Perla Negra; o pasearon a Woody y Buzz Lightyear lejos del mundo de Toy Story...

Mucha variedad. Aunque, eso sí, la fantasía no dejó de estar, una vez más, presente en todos ellos. A partir de las seis, el pasacalles Pocasoltes partió desde la Plaza de Toros, cruzó Calderón de la Barca y concluyó en San Cristóbal, donde minutos después se leyó el pregón infantil. Éste hizo un viaje por la historia de Alicante y un alegato a la integración de las diferentes culturas. La fiesta continuó con una verbena infantil, que estuvo acompañada por la tradicional chocolatada.

Los "reyes de la casa" dejaron, cuando la noche se hacía presente, la fiesta a los mayores. La ilusión, la misma. La forma de expresarla, muy distinta. Una nueva edición del "Sábado Ramblero", que no defraudó a ninguno de los asistentes. Incluso a aquellos observadores que se acercaron con ánimo de conocer cuáles eran los personajes protagonistas en esta fiesta donde la sátira y el arte se apoderan del ritmo de la ciudad. A partir de hoy, niños y jóvenes cuentan con todo un año para discernir qué quieren ser el próximo Carnaval. La sorpresa está asegurada. La imaginación no tiene límites.

La fiesta no cesa

Pero el Carnaval no concluyó ayer. Aunque sí su noche por excelencia. La fiesta que disfrutaron miles de alicantinos durante la velada de ayer, aunque a muchos se les ha hecho de día, continúa hoy. A partir de las doce de la mañana, en la Explanada de España, tendrán lugar distintas actuaciones destinadas al público infantil y a la Tercera Edad, con charangas que amenizarán el Domingo de Resaca.

El martes sigue el Carnaval. En este caso, a las nueve de la noche, en la plaza de San Cristóbal, se celebrará el "Jui d'en Carnestoltes" y acto seguido la "Processó del Pelele", que concluirá en la plaza de la Santa Faz, donde se procederá al manteo del Pelele. Pero a todo lo bueno le llega su final. De esta forma, dicen los protagonistas, se espera con más ansia la próxima edición.

El miércoles, el "Velatorio y Procesión de la Sardina", con el tradicional rito de la incineración de la sardina en la Plaza del Ayuntamiento. Y así, Doña Cuaresma volverá a tomar el mando un año más.