L os siete años al frente del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC);, y por tanto del Festival de Música de Alicante, le han servido para desarrollar una interesante labor como gestor, pero también han supuesto «un sacrificio» en su faceta como compositor, que al fin y al cabo «es mi vocación».

Jorge Fernández Guerra se alzó el jueves con el Premio Nacional de Música en el apartado de composición, un reconocimiento que, asegura, «es un impulso para seguir trabajando, sobre todo porque durante estos años no he podido dar a conocer mi trabajo, no por tiempo, sino por deontología, para que no hubiera colisión con mi puesto al frente del CDMC».

Como consecuencia de ello, Fernández Guerra no ha presentado ninguna de sus obras en el Festival de Música de Alicante. «Lo que siento es que en Alicante no se me conozca como compositor. La consecuencia de ser director del festival es que mi obra está pasando desapercibida allí. Que sea un alicantino casi de adopción y que no se conozca mi faceta de compositor me da mucha lástima».

Autor de «Extrío», «Primavera eléctrica» y «Sin demonio no hay fortuna», entre otras obras, el Premio Nacional de Música 2007, estrena mañana en la Residencia de Estudiantes una composición sobre la obra de Domenico Scarlatti. «Este premio supone un impulso para que se reconozca que mi trabajo de compositor existe y no está a la sombra de la gestión, reconoce lo que yo necesitaba que me reconociesen».

En este sentido, destaca que «cualquier estímulo a la composición viene muy bien, porque el problema no es estrenar sino que te programen después». En su opinión, la música se está tomando un poco de manera frívola y eso hace que se piense que es una actividad extravagante, pero eso no es así, la música es una actividad fundamental para el ser humano».

Por eso, «este reconocimiento viene a decirle a la sociedad que lo que hacemos es importante, otra cosa es que sea bueno o no, eso - asegura - será el tiempo el que tendrá que decirlo».