Las ocho lanzas de madera fueron descubiertas hace doce años en unas excavaciones arqueológicas y constituyen uno de los hallazgos más importantes en Alemania.

Según destacó el ministro de Cultura de Baja Sajonia, Lutz Stratmann, en la víspera de la inauguración, el hallazgo incluso "tiene relevancia mundial", porque demuestra que nuestros antepasados no eran carnívoros carroñeros sino que ya entonces cazaban.

En opinión de los expertos que han analizado las lanzas, su utilización demuestra que el "homo erectus" no sólo podía fabricar armas sino que para organizar la caza debía comunicarse, es decir, ya entonces era un ser comunicativo, facultades que hasta ahora sólo se le habían atribuido al "homo sapiens", que data de una era muy posterior.

Las lanzas de más de dos metros de longitud fueron halladas en una mina de lignito en un estado excepcionalmente bueno, que los expertos atribuyeron al alto grado de humedad de la tierra en la que estaban enterradas, en unas condiciones similares al envasado al vacío.

Los objetos fueron luego conservados mediante un complicado proceso que se utiliza expresamente para los utensilios de madera, en el que se sumergen los objetos en cámaras de acero llenas de agua destilada.

En la mina se hallaron además entre 20.000 y 30.000 huesos de animales que todavía están en proceso de ser conservados y analizados.

La exposición, que podrá ser visitada hasta finales de febrero, muestra además otro tipo de objetos singulares de madera, como el bumerán más antiguo del mundo o la jabalina del campeón olímpico de Múnich en 1972.

La muestra pasará a exhibirse a partir de marzo en el Landesmuseum de Hannover, en la capital de Baja Sajonia.