El espectáculo "Cuentos Sociales", de la coreógrafa y bailarina Mónica Runde, fue una sorpresa para el público de Yakarta, poco o nada acostumbrado a la danza contemporánea, y menos aún a que el baile trate temáticas de tipo social.

En un país machista en el que se tolera la poligamia y donde la mujer queda a menudo relegada a un segundo plano, sometida a la voluntad de su marido, el espectáculo español dio mucho de que hablar a unos espectadores gratamente impresionados por los movimientos y la expresividad de Runde, Dacil González, Joaquín Hidalgo y Gustavo Martín.

La obra, que forma parte del programa de la Cumbre de Arte Indonesia y ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura español, se inicia con el encuentro de dos mujeres y dos hombres, cuatro amigos que pronto se dejan llevar por el tentador y a veces peligroso juego de la seducción.

Los bailarines hablan con sus cuerpos sobre la atracción, la timidez, la rivalidad para conquistar a un hombre, el dulce proceso de enamoramiento, los besos robados, los celos, ese querer y no querer, el placer y el dolor de perseguir y seducir a un hombre o una mujer.

Los artistas juegan con la admiración y la sumisión, con la tentación y la fuerza que forman parte de ese ritual de apareamiento humano, en el que a veces entra en juego la necesidad de ser admirado, de conquistar a todos.

A la boda danzada de González y Martín sigue un dueto que narra su vida de casados y cómo el bailarín, poco a poco y siempre sonriendo, va limitando los movimientos de su "esposa".

Los cónyuges siguen bailando al mismo ritmo, pero a ella cada vez le cuesta más seguirle.

Él la sigue sosteniendo cuando ella se deja caer, pero utiliza el cariño para irla tapando, para cerrar sus brazos y sus piernas y ella, cada vez más oscura y más triste, se deja hacer.

La prensa indonesia ha recogido las declaraciones de Runde, que ha explicado el problema de la violencia doméstica que sufre España y ha señalado que esta lacra "está en todas partes".

"Tanto en Oriente como en Occidente el mundo es masculino y a muchas mujeres no se les permite ser libres", comentó.

"Casi todos los días en España hay noticias de mujeres asesinadas o maltratadas por sus maridos o novios", dijo a Efe Runde, quien señaló que "los creadores somos un poco, o deberíamos ser, la voz de la sociedad y tenemos que 'pringarnos', porque forma parte de lo que es ser creador".

La coreógrafa recordó que el pasado año fallecieron en España 69 mujeres a causa de la violencia de género y que este año la Policía ha registrado ya otros 57 casos, y aprovechó la difusión del espectáculo para pedir a la sociedad indonesia que luche contra la violencia doméstica.

La tercera parte de la obra, un dueto desarrollado por Runde e Hidalgo, muestra otro drama de nuestras sociedades, el alcoholismo, que lleva al personaje de Runde a hundirse en una borrachera eterna para escapar de la soledad y el desamor.

El público indonesio, muy ajeno a este lenguaje interpretativo, reaccionó con entusiasmo ante "Cuentos Sociales" y mostró su admiración tras la función, que fue muy alabada también por la crítica en los medios indonesios.

"Me ha encantado el espectáculo, es como ir al teatro. Nunca había visto algo así", dijo a Efe una joven indonesia llamada Leny, mientras la estudiante Diana aseguraba que "ha sido estupendo: una historia muy sencilla, pero que los bailarines convierten en algo maravilloso".

"Esto es totalmente nuevo aquí, nosotros estamos acostumbrados a la danza tradicional y yo no había visto nunca esta forma de moverse. Lo hacen con una perfección increíble", añade Diana, que pide que por favor se haga lo necesario para traer más danza española a este lado del mundo.