Entrevista | Enrique del Pozo Codirector del documental El Muro Rosa (2011).

«Hace falta más unión en la comunidad LGTBI para defender nuestros derechos»

Enrique del Pozo, en la presentación de su documental El Muro Rosa, en Alicante

Enrique del Pozo, en la presentación de su documental El Muro Rosa, en Alicante / Pilar Cortés

A. Fajardo

A. Fajardo

Tras recorrer la geografía española, Italia o Estados Unidos y llegar a sedes de partidos políticos, el documental de Enrique del Pozo ha sido presentado este miércoles en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante de la mano de la artista multidisciplinar Reyes Caballero, «porque nunca es tarde para seguir haciendo pedagogía», como incide su director, sobre el respeto que merece el colectivo LGTBI, quien advierte del camino que todavía queda por recorrer.

¿Por qué la necesidad de recuperar la memoria histórica LGTBI?

Este documental nace porque cuando yo lo hice había un vacío tremendo en la comunidad de información de lo que era la memoria histórica, el pasado, es decir. Sin faltar el respeto a nadie, ni frivolizar, el mundo LGTBI estaba muy marcado en las tendencias, en lo que pasaba, en los derechos del matrimonio... Todo eso ha sido muy importante, pero faltaba información de algo que no ha sido un camino nada fácil. Los cementerios están llenos de cadáveres. La verdad es que fue al principio muy complicado hacer este documental porque faltaban archivos y encontrar a personas. Yo tuve que irme a Barcelona. Allí se dieron los primeros movimientos de libertad y los transexuales que estaban en los cabaret en aquella época fueron los que se enfrentaron a hacer la primera manifestación para defender sus libertades y muchos de ellos fueron encarcelados y torturados en los años setenta.

¿Qué mensaje quiso lanzar con este trabajo?

El mensaje es que los derechos se consiguen con mucho tiempo, con esfuerzo y con una actitud de conjunta de luchar por ellos y que hace falta tener memoria y que hace falta saber de dónde nace todo esto para no caer en una actitud frívola. Mucha gente estaba en sus casas, pero hubo una etapa bastante fría y la comunidad LGTBI no era consciente de lo que había pasado, ni de que había gente muerta o en la cárcel. Con la llegada de la democracia, los gays que estaban en las cárceles fueron los últimos en salir.

Han pasado ya 13 años desde su estreno, ¿ha notado un cambio en la sensibilización hacia el colectivo?

La sociedad española ha sido de una generosidad tremenda y ha sabido recibir los mensajes, aunque todavía hay cierta homofobia. Yo viví 10 años en Italia y vi que estamos a años luz, hay un problema de respeto, de intransigencia todavía... Además, en el mundo hay ocho países que si eres homosexual hay pena de muerte y cincuenta y pico con cadena perpetua y cárcel de 15 a 20 años.

En España se ha evolucionado pero, ¿por qué los delitos contra la libertad sexual aumentan?

Ha entrado una nueva política bastante fascista e intransigente donde en algunos casos, no solamente en esto, sino en otro tipo de derechos, se está intentando volver atrás. Y ese es el miedo que hay. También es cierto que a la comunidad LGTBI le falta compromiso. Antes había manifestaciones y luchas en contra de las amenazas de los reaccionarios, pero es que encuentro que la gente es bastante cómoda. Hay poca unión de estar juntos para defender el derecho. La comunidad creo que todavía tiene un examen fuerte por realizar y es con las mujeres. Siempre hemos defendido la igualdad de las mujeres en el colectivo y se habla de homosexualidad, pero siempre sale la imagen del hombre, la lesbiana queda en un quinto plano.

¿Por qué su obra empieza con una imagen de Cristo y la bandera LGTBI?

Yo respeto profundamente a la gente que tiene su creencia, a la que tiene su acercamiento a la Iglesia, por supuesto. Pero dentro de la Iglesia está lo que está y siempre ha habido un ataque brutal hace los derechos homosexuales y todavía sigue existiendo. Si sale Cristo es porque yo tengo mucha gente homosexual que es cristiana y católica. Que la Iglesia se haya ocultado detrás de la imagen de Cristo para darnos unas leyes, es de una intransigencia, de una censura y de un desprecio... Yo con respeto le pongo la bandera gay porque entiendo que la bandera de Cristo es la del respeto y la de la tolerancia.

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