Entrevista | Rubén Pellejero Dibujante

"Esta obra está hecha a base de interrupciones entre un Corto Maltés y otro"

El historietista presenta la obra Barcelona. Alma negra este 25 de abril, a las 19 horas, en la librería Pynchon

Actualmente, el artista catalán es el ilustrador oficial de las aventuras del ilustre marinero Corto Maltés

El dibujante de cómic Rubén Pellejero

El dibujante de cómic Rubén Pellejero / información

Juan Fernández

Juan Fernández

Un recorrido por la Barcelona de la dictadura. El ilustrador Rubén Pellejero se encarga de retratar una historia inolvidable ambientada en una Ciudad Condal diferente a la que conocemos. Aquí los monumentos están en un segundo plano y lo que prima son otro tipo de elementos ambientales que no están hechos para el turismo. Barcelona. Alma Negra se centra en la vida de Carlitos y de su evolución hasta ser adulto en un momento donde la violencia está constantemente presente de factor pasivo de su infancia y de rol activo en plena edad adulta.

El dibujante presenta esta obra el 25 de abril en la librería Pynchon & Co., a las 19 horas, para tener un encuentro con sus fans alicantinos y donde desgranará con Paco Linares los entresijos de una novela gráfica que busca generar sensaciones al lector final. Barcelona. Alma Negra es un viaje al pasado a modo de recuerdo, donde los detalles serán reconocidos por los que estuvieron allí. Porque la capacidad de este cómic va más allá de lo imaginable, donde letra y dibujo se unen para golpear con su realidad a la persona que esté inmersa en sus páginas.

Presenta su nueva novela gráfica este 25 de abril en la librería Pynchon & Co. ¿Qué espera de este encuentro con los lectores alicantinos?

Estuve en Alicante en otra ocasión, en una mesa redonda con Paco Linares, y este es un buen momento para volver a acercarme a la librería Pynchon y poder presentar el libro de Barcelona. Alma negra. Es el momento de hablar de ella y estoy muy interesado en conocer la opinión de los lectores, tanto de los habituales de la librería como de los que se quieran pasar a la presentación.

La obra se centra en la Barcelona de la dictadura franquista y realiza un recorrido por el tiempo en el que Carlitos se vuelve Carlos y donde su personaje experimenta la violencia en diferentes versiones.

Exacto. La historia está ubicada después de la Guerra Civil, en los primeros ataques que tuvieron lugar en Barcelona. Y ahí empieza el relato de nuestro personaje principal, que es Carlitos. Vemos cómo se va haciendo mayor en esta España turbulenta hasta llegar a su edad adulta, cuando fallece el caudillo. La historia podríamos definirla como un thriller que ocurre en una España diferente a la que conocemos ahora, pero en cuya base está el recorrido de un personaje que se va introduciendo en el mundo de la delincuencia de la época a través de unas desgracias personales. Y todo esto va transformando su relación con los demás.

Portada de "Barcelona. Alma negra"

Portada de "Barcelona. Alma negra" / información

El guion hace tiempo que estaba hecho, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha podido materializar.

La historia ha ido evolucionando con el tiempo, pero está escrita por dos guionistas emblemáticos como son Denis Lapière y Gani Jakupi. Y además de ellos, también ha contado con la colaboración de dos autores más, que son Eduard Torrents y Martín Pardo. Esta historia, en un principio, se me ofreció solo a mí, pero debido a mis condiciones contractuales y por mi trabajo con las nuevas aventuras de Corto Maltés, quedó un poco aplazada. Por eso tuve que buscar autores colaboradores que pudieran estar conmigo. La aventura ha sido muy interesante y a la vez difícil, porque ha transcurrido todo un tiempo entre que se gestaron las primeras páginas hasta la finalización total del álbum. Y digamos que ha sido un trabajo en el que yo he tenido una labor de dirección artística en general, pero donde también participaba en los conceptos de storyboard, de creación de personajes...

¿Cómo ha sido retratar el fondo de la Ciudad Condal en una época como esta?

Queríamos dar pinceladas de la época, sobre todo para que los que la vivieron pudieran reconocer algunos elementos ambientales en ella. Nos hemos querido alejar mucho de hacer una historia con una base turística, es decir, de los elementos conocidos de la ciudad. Esto crea un interés mucho más fuerte a lo que es el drama que está ocurriendo. Es una historia coral que necesita de un fondo para que el lector pueda leerlo sin distracciones. A nivel técnico, hemos contado con visitas in situ a lugares para ver cómo habían evolucionado. Tanto yo como Martín Pardo realizamos estas incursiones para que se respire ese ambiente en el cómic.

Esta obra precisaba de un trabajo de estudio muy importante, pero usted estaba muy metido con las historias de Corto Maltés. ¿Ha sido difícil compaginar ambas tareas?

Como bien has visto, esta obra requería de mucho esfuerzo por ser muy variada en cuanto a época y al tratarse de una obra coral con muchos personajes que precisaban mucha atención en su elaboración. La historia está hecha a base de interrupciones entre un Corto Maltés y otro Corto Maltés. En los intermedios hemos ido realizando este álbum con la dificultad que supone retomar otra vez el relato. Posiblemente, haya sido el aspecto más complicado de todos, el volver a reencontrarse con un guion, una historia y unos dibujos que tenías abandonados desde hace casi un año.

Una de las páginas de la nueva obra de Rubén Pellejero

Una de las páginas de la nueva obra de Rubén Pellejero / información

¿Cree que la oportunidad de dar forma al personaje de Corto Maltés es una recompensa a toda su trayectoria?

Puedo decir que para mí es un broche de oro. Al menos lo sería para cualquiera que ame y conozca la obra de Hugo Pratt. Es un acontecimiento que he esperado durante toda mi carrera de profesional y de autor, que surgió de golpe y porrazo. Una vez decidí que aceptaba el reto, ponerme a trabajar en ello fue una gran satisfacción y una gran dificultad. Uno no se plantea su carrera para conseguir un éxito concreto. La carrera va evolucionando y tienes momentos de suerte y momentos de no tan suerte. Y Corto Maltés se cruzó en mi camino por casualidad.

¿Se puede pedir algo más?

Siempre se puede pedir algo más. Pido tener, sobre todo, tiempo para seguir reflexionando y creando siempre que pueda. Dar vida a Corto Maltés es algo que me satisface y es un cómputo de muchos de mis deseos, pero siempre querré tener tiempo para hacer alguna historia diferente.

No es lo mismo empezar una historia desde cero que coger el relevo de otro compañero de trabajo.

Evidentemente. Para Corto Maltés, su gran dificultad radica en su aceptación por el público. Y yo esto lo sabía, era consciente de ello. Pero también sabía lo que a mí me ilusionaba el proyecto y el amor que le tengo al personaje. Yo creo que es interesante que un personaje sobreviva a los años, que se pueda renovar manteniendo su espíritu. Y me satisface haber sido el inicio, porque fuimos nosotros los iniciadores de todo esto, los que han hecho que el personaje vuelva a arrancar de otro modo, con otro tipo de público. Y soy consciente de lo que representa esta obra.

Uno de los títulos de Corto Maltés ilustrados por Rubén Pellejero

Uno de los títulos de Corto Maltés ilustrados por Rubén Pellejero / información

¿En algún momento pensaste en declinar la oferta?

La pensé mucho, pero no como para declinarla. Tardé unos cuatro días en decirle a la empresa que lleva los derechos de Corto Maltés que aceptaba. Tan solo necesité cuatro días para reflexionar un poquitín. Yo tenía claro que quería aceptar la oferta, lo que no tenía tan claro era qué consecuencias podría conllevar.

¿Enfrentarte a un reto así coarta en cierta manera tu libertad artística?

No, en absoluto. A Corto Maltés lo planteo como si fuera un personaje mío y le incluyo los elementos que están en mi dibujo de modo natural. Yo siempre buscaré darle un estilo más personal a cada obra. En ese aspecto, tampoco me ha importado que el personaje no fuera mío.

A nivel nacional, ¿cree que personajes como Mortadelo y Filemón sin Ibáñez también pueden tener esta continuidad?

Lo más delicado del tema de las continuidades, es saber si estás cortando el deseo del autor. Los personajes, cuando se vuelven universales, son patrimonio de la humanidad. Si el autor, los herederos o quien tenga el poder en ese aspecto decide que no se va a realizar una continuidad, se tiene que respetar. El caso de Ibáñez lo desconozco, pero si un personaje está abierto a continuidad, como es el caso de Corto Maltés, ¿por qué no? Y esta puede ser una representación más o menos fiel a lo original, según los intereses o los pactos creados. Pero si la continuidad está autorizada por el propio autor antes de su fallecimiento o por los propios herederos, no le veo ningún problema.