El realizador madrileño Miguel Romero fue el primero en estrenar ayer las proyecciones de los largometrajes a concurso en el Festival de Cine de Alicante. Conducta animal, su primera película en formato largo tras ser nominado a los Goya con su corto Zumo de limón, es una historia de ficción que denuncia el maltrato animal y que se define como «un thriller social con tintes de terror y con mensaje animalista».

La cinta ha sido realizada en colaboración y bajo la supervisión de las sociedades protectoras de animales ALBA y Doghorsecity, que han sido testigos de que «ningún animal ha resultado dañado en el rodaje, solo los actores», bromea el director, que añade que la historia mantiene la tesis de que «los maltratadores de animales pueden ser también maltratadores de personas y asesinos».

La presidenta de ALBA, Carolina Corral, acompaña al equipo del filme en su estreno en el festival para respaldar la idea de que «maltratar a un animal no es una chiquillada y hay estudios que demuestran que la mayoría de psicópatas han empezado matando animales. No es ninguna tontería y hay que denunciar estas situaciones», señala la responsable de esta organización madrileña que en estos veinte años de trayectoria ha rescatado a más de 24.000 animales buscándoles familias acogedoras.

Lluvia Rojo (conocida por su personaje de Pili en la serie C uéntame cómo pasó) y Adrián Lastra ( Primos, Velvet, Billy Elliot) protagonizan esta película en la que Rojo da vida a Emma, una joven cocinera vegana en el extranjero «que al morir su padre vuelve a España a la casa familiar, conoce a la fauna humana del lugar de esa España rural y descubre a unos maltratadores de animales», explica la actriz, que añade que «tras intentar denunciar y ver las leyes tan laxas que hay contra estos delitos decide tomarse la justicia por su mano».

Este es el primer papel protagonista de Lluvia Rojo en un largometraje y la actriz apunta que su personaje experimenta «un arco de transformación enorme» al pasar de víctima a verdugo y, aunque el papel dista de su vida real, «la Emma del final [la justiciera] se parece más a Lluvia que la del principio», apunta esta reconocida defensora de los derechos de los animales, como el resto del equipo, que confiesa que «ha sido muy fácil meterme en el proyecto por lo que significa y lo que lleva detrás».

La actriz, a la que le cuesta ver sus trabajos en pantalla, confiesa estar «impactada y muy contenta» con el resultado de la película, «me hice el viaje entero, aunque no sufrí como el resto de espectadores».

Conducta animal es una historia de denuncia, no solo animalista, también se toca el machismo y las agresiones a las mujeres, pero también es una película «entretenida, cargada de efectos especiales y tensión», apunta el director, consciente de lo que buscaba: «Queríamos hacer algo impactante, que no pasara inadvertido para el espectador y que no se olvidara de la película después de verla».

Por este motivo, la cinta, rodada en cine 4k, ha contado para los efectos especiales, con Jorge Navarro y Pedro Rodríguez, ganador de 4 premios Goya.

«Decimos de broma que la película es gore vegano, pero también trata el tema de la mujer, tiene su parte dramática, de acción... Es una peli que toca muchos palos, muchos géneros, y hace un homenaje a películas como Taxi Driver, Irreversible, Los pájaros o Psicosis», explica Miguel Romero, que advierte de que «no hay ninguna escena de violencia explícita con los animales, pero sí contra los maltratadores» en esta ficción.

«Queremos que la violencia sea una violencia desagradable y que produzca rechazo. Asumimos que es una película polémica, que juega con eso para que el espectador no salga indiferente al verla y que dentro de diez años la recuerde», añade el director del filme, mientras Lluvia Rojo se plantea que «todos desearíamos que un maltratador sufriera tanto como los animales a los que maltrata. Es un sueño en la ficción y la película plantea si seríamos capaces de hacerlo».