En la primera fase de la restauración de Santa María, aparecieron más de 400 vasijas y ánforas en la planta de cubierta del templo, un conjunto que se encuentra depositado en el MARQ y que Antonio Vivo quería recuperar para el futuro museo de la iglesia, proyectado en los bajos del edificio en la cuarta y última actución prevista. A la derecha, el párroco en 2007, cuando la iglesia recibió el reconocimiento del Vaticano como basílica.