Pongamos que cada año, en el mundo, circulan y compiten unos 10.000 cortometrajes a concurso. Y, de todos ellos, solo unos 50 (son cálculos aproximados, porque pueden variar las cifras) se cuelan en la primera preselección de los Premios Óscar de Hollywood, venidos y respaldados por los galardones recibidos en los certámenes internacionales más prestigiosos como Cannes o Sundance.
Pues bien, bajos estos mismos parámetros se mueve el cineasta alicantino Javier Marco quien, tras lograr el Gran Premio Internacional de Bruselas, ha sido preseleccionado para los Premios Óscar con su obra Uno.
«Solo con pensar que el corto va a estar en la web de los Premios Óscar, en el listado junto a todos los preseleccionados, es bestial. Para nosotros, estar en esa lista ya es una alegría inmensa, porque es un escaparate y porque sabes que el corto va a ser visto por los académicos de Hollywood», afirma el alicantino Javier Marco, quien explica por otro lado que esta primera preselección es de unos 50 trabajos, en la segunda quedarán 10 y, ya en la tercera y última, se darán a conocer los cuatro nominados finalistas que optan al Premio Óscar a mejor cortometraje de ficción.
«También es una gran alegría esta noticia porque acabamos de empezar la distribución del corto, y nunca antes habíamos conseguido algo así al ser preseleccionados para los Óscar. Es que yo al principio no me lo creía. Es una pasada porque, de 10.000 cortos que pueden producirse al año, vas a estar con los mejores, con Cannes o Sundance», agrega Marco, que ya sabe que antes del próximo 1 de octubre debe remitir a la Academia de Hollywood una copia de Uno.
¿Pero qué es Uno, y cómo ha seducido y encandilado al jurado de Bélgica? Protagonizada por el actor Pedro Casablanc, el filme narra la historia de un pescador que encuentra un teléfono móvil cubierto por una bolsa en medio del mar, cuando entonces suena y, al otro lado, escucha la voz de una mujer africana, de Senegal, aparentemente alterada, que trata de comunicarle algo pero le resulta imposible por la barrera idiomática. A partir de ahí, la cinta ilustra el drama de los refugiados que arriesgan sus vidas para intentar atravesar el Mediterráneo y alcanzar Europa.
«Lo más complicado fue sin duda el rodaje en el barco. Con el vaivén del barco todos nos mareamos, nos llenamos de 'biodraminas 'y ni con esas. No hubo manera. Todos vomitando (risas). Sobre todo el principio del rodaje fue bastante caótico, aunque el segundo día ya fuimos mejor, el cuerpo se fue acostumbrando? el rodaje fue en aguas de Murcia, en San Javier, y fue muy complicado porque allí no había manera de colocar el trípode, todo se movía, claro, y era como trabajar cámara al hombro?», comenta Javier Marco, que combinó actores reales (dos de ellos son pescadores) con otros ficticios, como el caso de Pedro Casablanc.
«Al final uno de los pescadores nos dijo de ir a otra parte del mar que conocía, que no era tanto mar abierto pero lo parecía, como una especie de cala, que estabilizó algo más el barco y, esta vez, todo fue mejor», indica el director alicantino, especialmente satisfecho por la simbiosis de los actores, a partir de un proyecto que encandiló especialmente al jurado por el enfoque mostrado, por la originalidad en el tratamiento y sobre la sensibilidad abordada.
«El cine social siempre me ha interesado como espectador y me gusta hacerlo como realizador. Es necesario abrir los ojos cuando al final nos acostumbramos a lo mismo, y no empatizamos con las noticias trágicas que leemos en los periódicos, a través de estas historias es posible abrir un poco más los ojos», concluye el alicantino Javier Marco sobre Uno, con guión de Belén Sánchez-Arévalo y una idea que ya triunfó en el V Concurso de Proyectos de Cortometraje Amnistía Internacional-Abycine.
