La última exposición individual de Emilio Varela fuera de Alicante la realizó, aún en vida, en 1930. Fue en la Sala Parés de Barcelona. Ochenta y ocho años después, el pintor alicantino ha emprendido un nuevo viaje y se ha instalado en el Museo Bellas Artes de Castellón, donde ayer se inauguró la exposición El laberinto luminosoEl laberinto luminoso, organizada por el Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante junto al Consorcio de Museos.

La muestra, comisariada por Jordi S. Navas, ya se vio en el Mubag y plantea una suerte de viaje o itinerario que se despliega de forma compleja por diferentes vías de interpretación. Se analizan los procesos neurofisiológicos de la mente del pintor, así como las emociones y sentimientos que fundamentaron su personal relación con el arte.

El director del Consorcio, José Luis Pérez Pont destacó que «la exposición -que conmemora el 130 aniversario de su nacimiento- ahonda en el conocimiento de Varela como pintor, como hombre y como amante de su tierra».