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Javier Cercas: «La rebeldía hoy es solo postureo de niños mimados»

Clausuró el XV Congreso Internacional de la Asociación de Jóvenes Investigadores de la Literatura Hispánica

El escritor Javier Cervas. efe

La rebeldía en la literatura hispánica es uno de los puntos centrales del congreso que hoy clausura en Alicante. ¿Es muy rebelde nuestra literatura?

La expresión «literatura rebelde» es un pleonasmo; la expresión «literatura dócil», un oxímoron: una contradicción en términos. La literatura es palabra en rebeldía, así que o es rebelde o no es literatura. Hablo de rebeldía de verdad, claro está -rebeldía contra la mentira, contra el cliché, contra la estupidez, contra la realidad, contra el poder-, no de esa rebeldía que hoy se lleva tanto y que es sólo postureo de niños mimados o de señoritos, valga la redundancia.

¿Y comprometida socialmente?

Depende. Yo creo que la literatura es muy útil, siempre y cuando no se proponga serlo: en cuanto se propone ser útil, la literatura se convierte en propaganda o pedagogía, y deja de ser literatura.

¿La literatura tiene que ser el azote de la política o no es su misión?

Depende de lo que entienda por política: si por política entiende el 95% de lo que aparece en los medios de comunicación, no. Claro que eso no es política sino politiquería.

Dígame la novela más rebelde o más inconformista con la que se ha topado.

El Quijote, por supuesto: la mejor novela que conozco y de la que dependen todas las demás (incluso las de aquellos que no la han leído).

En sus novelas hay muchos personajes reales, aunque novelados en muchos casos. ¿Son más interesantes los personajes correctos, consecuentes,impolutos o los corruptos, falsos y mentirosos?

Son más interesantes los personajes complejos que los simples, básicamente porque las personas somos complejas.

Hablando de corruptos y mentirosos. ¿Qué me dice de Cristina Cifuentes? Primero con el máster y luego con el hurto en un hipermercado...

Al menos, a juzgar por ambas cosas, es un personaje de novela picaresca; o sea: muy español. En España triunfó la picaresca, no la novela moderna, Quevedo y no Cervantes. Por eso somos un país de pícaros, no de caballeros: el último caballero fue don Quijote, un mamarracho de quien todo el mundo se reía. Con eso me parece que está todo dicho.

¿No se anima a hacer una novela en torno a su figura y sus andanzas?

No soy un fan de la picaresca.

Igual le da más juego Trump.

En una novela, Trump podría dar mucho juego. El problema es que, al menos como presidente del país más poderoso de la tierra, sería muy difícil hacerlo creíble.

«Todos los políticos son iguales». ¿Lo firmaría?

Intento no firmar estupideces.

¿Y todos los catalanes?

La duda ofende.

Ha sido muy crítico con el procés. Lo ha definido como golpe de Estado. Y no es el único que lo piensa.

Con el procés he intentado ser lo más preciso posible, así que sí, he escrito varias veces que fue un intento de golpe de estado; o, para ser más precisos, un intento de autogolpe de estado civil posmoderno. Por cierto inédito, hasta donde alcanzo, en la historia de la democracia moderna. Ese golpe se desencadenó el 6 y 7 de septiembre pasado -cuando, según los propios letrados del parlamento catalán, en esa institución se derogó de facto el estatuto de Cataluña y se violaron, con absoluta conciencia de lo que se estaba haciendo, la Constitución y la ley internacional-, luego se intentó legitimar con el referéndum fraudulento del 1 de octubre y por fin se intentó legitimar con la fraudulenta declaración de independencia del 27. Esto no es una opinión: es un hecho.

¿Cree que muchos lectores catalanes se han convertido en sus enemigos?

Lo lamentaría.

¿Veremos una Cataluña independiente?

Es una pregunta retórica, supongo, así que sólo le responderé que yo aspiro a la disolución política de los actuales estados europeos (que gracias a Dios ya no son independientes, suponiendo que alguna vez lo hayan sido) en una Europa federal.

¿Y veremos el Valle de los Caídos vacío de sepulturas, para poder cerrar otra puerta de la Guerra Civil?

No entiendo por qué la gente que quiere sacar a sus muertos de ese mausoleo espantoso no puede hacerlo. No entiendo que el Estado no haya pagado hace mucho tiempo la exhumación y la identificación de las víctimas cuyos deudos quieren enterrarlas dignamente. No entiendo muchas cosas. En cuanto a la guerra civil, no hay ni que cerrarla ni que abrirla: lo que hay que hacer es entenderla y asumirla del todo, que es la única forma de que nada ni remotamente semejante vuelva a ocurrir.

Con razón me dijo cuando vino el verano pasado que un escritor que no es valiente no es un escritor.

Estoy de acuerdo conmigo mismo.

¿En qué trabaja ahora?

En una novela muy diferente a las que he escrito hasta el momento. O quizá al final no sea tan diferente: al fin y al cabo, uno es quien es y no puede -ni quizá debe- reinventarse por completo.

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