«No renunciamos aún a traer a firmas nacionales. Seguimos peleando por que vengan algunos autores más», señalaron ayer desde la organización de la Feria del Libro de Alicante que en su 48 edición ha programado la visita de un centenar de autores en su mayoría de ámbito local o provincial.

La feria del libro se inaugura el jueves a las 17.45 horas en el paseo Federico Soto de Alicante y se prolongará hasta el 6 de mayo en una edición un tanto mermada respecto a la anterior, la mayor en los últimos años, ante la precipitación de su convocatoria tras los cambios producidos en el Ayuntamiento, organizador de la feria junto a las dos asociaciones de libreros. El presupuesto de este año, señaló la nueva edil de Cultura, Mª Dolores Padilla, es de 20.000 euros (24.000 euros en 2017), donde se incluye una pequeña parte de la Generalitat y la Diputación; el número de casetas es de 37 (42 en 2017) y las actividades programadas superan las 150, frente a las 300 de 2017.

«Este año hemos ido un poco a contrapelo por cambios de última hora y también las fechas coinciden con otras ferias en València o [Sant Jordi] en Barcelona, con autores de bastante peso, que ha resultado difícil incluirlos pero eso no quiere decir que no vengan, estamos peleando por que vengan algunos más», señaló Vicente Pina, presidente del Gremio de Libreros, que acude por segundo año a la cita «con sus cuitas de venir o no venir porque hay compañeros que no lo veían factible, pero creo que es necesario que la gente conozca la labor que hacemos».

El presidente de la Asociación de Libreros y Papeleros de la Provincia de Alicante, José Antonio López Vizcaíno, apuntó que no se descartan más nombres a los ya avanzados en el programa, pero añadió que «las estrellas son los autores de aquí, que hay muchos y escriben muy bien» y apuntó que esta edición se «vuelca en el público infantil y juvenil».

Rafa Burgos, coordinador de las actividades complementarias de la feria, incidió en la existencia de muchas actividades infantiles, todos los días, y cualquier persona puede pasarse a leer un cuento a los niños porque queremos dar importancia a los lectores y a la literatura en sí misma».

Burgos recordó que aún hay cosas por cerrar y destacó el ciclo destinado a los lectores (donde personalidades de la ciudad como Manuel Palomar, Jorge Olcina o Pablo Auladell comenten sus experiencias lectoras) y a los monstruos, con motivo del bicentenario de Frankenstein, «para reflejar cómo ha influido la literatura en nuestras vidas».

Preguntados sobre las fechas de la feria, que cambia respecto a 2017 que fue en julio, Vizcaíno aseguró que «la gente se quejó de que hacía mucho calor el año pasado y esta fecha fue consensuada entre las dos asociaciones».

Este año las casetas de las librerías asociadas contarán con una suvbvención superior al 50% de su precio (cercano a los 500 euros) pero aún no se ha fijado, mientras que las librerías independientes y no asociadas (Pynchon&Co, Cilsa y Llibres Chus) tendrán un descuento solo del 20%, como en 2017. Esta diferencia ha provocado malestar en algunas de ellas, como Pynchon&Co, ya que ocupan el mismo espacio, pero las dos asociaciones han coincidido en señalar que esas diferencias se dan en todas las ferias.