Asegura Frédéric Desmottes, uno de los organeros más reconocidos del mundo, que el órgano de la Concatedral de Alicante suena como el quejido de un enfermo en la UCI. Lo recuerda el párroco Ramón Egío porque mañana este instrumento sonará de forma especial con un doble motivo. Por un lado, por el concierto que organiza La Maison de France d'Alicante y, por otro, para concienciar sobre la necesidad de sacar de cuidados intensivos este órgano y devolverle la salud a través de un laborioso proceso de restauración.

Serán las manos del maestro Francis Chapelet (París, 1934), uno de los grandes impulsores del órgano ibérico, las que saquen el sonido más puro posible -dadas sus condiciones- de este instrumento renacentista de finales del siglo XVI, que cuenta con la caja más antigua de la Comunitat Valenciana, asegura Egío.

Chapelet ya ofreció un concierto el pasado año en este templo aunque en el órgano pequeño que construyó Desmottes ante la imposibilidad de hacer sonar al original. Ahora ese instrumento lo tocará el organista Uriel Valadeau mientras que el maestro organista se sentará frente al teclado de la pieza histórica, tras un proceso de montaje que ha facilitado que suene, aunque todavía muy alejado del resultado que se obtendrá a mediados de 2020, una vez que finalice el proyecto de restauración. «El órgano está en ruinas pero con lo poco que tiene realmente es como un milagro que pueda sonar de esta manera, también porque la acústica es estupenda; cuando esté restaurado será un acontecimiento extraordinario», afirma el organista que ha ofrecido conciertos por diferentes países del mundo.

Desde el año pasado, cuando Chapelet ofreció su primer concierto en San Nicolás, hasta ahora han ocurrido muchas cosas. El órgano histórico contaba entonces solo con cuatro registros, ahora se han multiplicado por cuatro ya que Desmottes, autor del proyecto de restauración y Luis Egío, organista de la concatedral, montaron muchos de los tubos que se encontraban fuera de su sitio. También se ha aprobado ese proyecto, valorado en 400.000 euros, y el futuro del órgano parece mucho más claro.

«El año pasado no sabíamos si vendría gente a escuchar el concierto, pero la iglesia se llenó -destaca Chapelet-, así que yo creo que les vamos a ver de nuevo el sábado y se van a dar cuenta de que este órgano suena bien y mejor que lo hará».

Para Chapelet, en España los conciertos de órgano tienen mucho público y también han surgido jóvenes organistas que destacan, como el caso de Juan de la Rubia. Lo dice este músico, que ha participado en la restauración de muchos de esos instrumentos, ha grabado 5 discos con la música barroca para órgano, ha escrito un libro sobre el órgano ibérico y ha creado una fundación que lleva su nombre.

«A mí me ha gustado siempre el órgano español porque tiene una expresión sonora distinta de lo que hay en Alemania o Francia», afirma. «Cada país tiene su tipo de órgano, su manera de sentir el sonido. Incluso el órgano en la zona de levante es muy distinto entre diferentes localidades».

Tenía 15 años Uriel Valadeau cuando empezó a acompañar a Francis Chapelet. Siguió su senda y hoy es uno de los grandes maestros del órgano. «Es una pasión que te abre al mundo y siempre estás aprendiendo porque el órgano es como una pequeña orquesta». «El patrimonio español es fantástico en el plano musical», destaca.

En cuanto al órgano de San Nicolás, considera que es «un caso aparte», porque «tiene una parte histórica, de herencia, y una parte de creación, y eso es interesante porque ves las diferentes épocas. Ahora se va a crear otro instrumento dentro de la caja histórica y la pasión que ponen los responsables ayuda a que cuando se restaure sea un instrumento muy destacado».

Proyecto de restauración

Francis Chapelet es el «culpable» de que la restauración del órgano de San Nicolás haya tomado forma. Tras su actuación el año pasado, realizó un esbozo de lo que debía ser. A partir de ahí, Frédéric Desmottes desarrolló el proyecto que ahora está sobre la mesa. También el arreglo provisional que ha llevado a que mañana pueda sonar para este concierto, ya que se desmontó cuando se restauró el templo para La Luz de las Imágenes y después retomó los trabajos Andrés Tafalla, «que ha realizado una importante labor», asegura Ramón Egío.

El párroco ya ha entablado contactos con la Diputación Provincial de Alicante para que se sume al proyecto de restauración, ofreciendo a esta entidad el órgano para que programe conciertos. También se va a reunir con la Conselleria de Cultura para estudiar las posibles aportaciones.

Se desconoce el año exacto de construcción del instrumento y el nombre de quién lo hizo, aunque la cadereta exterior está firmada por Matías Salanova a finales del XVII. Desmottes califica su estado de conservación de «muy defectuoso», después de «tantas intervenciones», muchas de las cuales no fueron las adecuadas.

Según recoge el proyecto, los conductos de aire que alimentan los tubos son de plástico tipo macarrón de electricista, el fuelle actual está íntegramente hecho con madera contrachapada, los secretos tienen muchos traspasos, los mecanismos de registros están muy desajustados y los tubos son de zinc, por lo que habrá que cambiarlos todos.

«Es una pena que la ciudad de Alicante no tenga ningún órgano en el que se pueda interpretar este tipo de música», afirma Ramón Egío. «Lo que queremos es concienciar a la gente y a las instituciones de que esta pieza es parte importante del patrimonio».