Gustav Mahler Juguendorchester

Vladimir Jurowski, director

Alicante, ADDA, 13 abril 2018, 20 horas

Achille-Claude Debussy

(Saint-Germain-en-Laye, 1862- París, 1918)

Imágenes, para orquesta

El director ruso Vladimir Jurowski inicia el programa de hoy con la orquesta fundada en Viena en 1986 por Claudio Abbado, considerada una de las primeras orquestas de jóvenes del mundo, con la última obra sinfónica terminada por el compositor francés Debussy, pocos años antes de que un cáncer le produjera la muerte. Su fallecimiento pasó inadvertido al coincidir con los últimos momentos de la Primera Guerra Mundial pero la influencia musical de Debussy en el siglo XX es tan importante como la de la llamada «segunda escuela vienesa»: Schönberg, Berg y Webern. Las «Images» (Imágenes) para orquesta no deben confundirse con las piezas para piano del mismo nombre. Aquí no se trata de un tríptico homogéneo sino de tres evocaciones «visuales» muy distintas que dependen de un folklore imaginario fragmentado. En la evocación central, «Iberia», una pieza refinada, el compositor celebra una fiesta española. Fue la primera acabada de sus «Imágenes», a finales de 1908, y la primera en ser estrenada, en París el 20 de febrero de 1910, bajo la dirección de Gabriel Pierné, con abucheos del público de los Conciertos Colonne. Un mes después, con el mismo Debussy en la dirección, se estrenaría «Rondas de primavera», con las mismas reacciones de rechazo. Hasta el 26 de enero de 1913 no se escucharía la tercera de las evocaciones, «Gigas», interpretada por primera vez junto con las dos anteriores. Maurice Ravel salió en defensa de «Imágenes» afirmando haberse sentido «oprimido hasta llegar al llano por esta rutilante Iberia» y elogiando «la exquisita frescura» de las «Rondas de primavera». Las nomenclaturas instrumentales difieren según el criterio de cada director, aunque casi siempre es «Iberia» la pieza central.

Dimitri Shostakovich

(San Petersburgo, 1906- Moscú, 1975)

Sinfonía número 8, en do menor (opus 85)

Fue estrenada el 4 de noviembre de 1943 en Moscú bajo la dirección de Evgeni Mavrinski. Es una sinfonía de guerra compuesta el mismo año de su estreno, al igual que la «Séptima» conocida como «Leningrado». Inicialmente Shostakovich pensó escribir un oratorio sobre los defensores de Moscú frente al avance de las tropas alemanas de Hitler. «He querido recrear el clima interior de un ser humano aturdido por el gigantesco martillo de la guerra. He intentado relatar sus angustias, sus sufrimientos, su valor y su alegría. Todos estos estados han adquirido una nitidez especial, iluminados por las hogueras de la guerra», así definió la obra su autor. Una sinfonía menos descriptiva que la «Séptima» pero más evocadora de una situación dramática. Más tarde declararía que esta Sinfonía número 8 era una de las obras que prefería entre sus quince obras sinfónicas. La composición se inicia con un «Adagio-Allegro non troppo» de un dramatismo similar al de su «Quinta», con la que tiene, en conjunto, un gran parentesco. Después de unos movimientos centrales en los que pasa de un humor rechinante en el «Allegretto» a disonancias estrepitosas en el «Allegro non troppo», concluye con un rimo de marcha funebre en el «Largo» y un «Allegretto» final con entonaciones populares que apaciguan el tono y permitan terminar la sinfonía llena de dulzura.