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Javier Moro: «Tenemos una visión muy negra de nuestro pasado»

El escritor presentó en Alicante su novela Mi pecado, ganadora del Premio Primavera 2018

Javier Moro: «Tenemos una visión muy negra de nuestro pasado»

¿Quién fue Conchita Montenegro y por qué decidió escribir sobre ella?

Fue la primera actriz española que logró un reconocimiento internacional, mas allá del mundo hispano. Fue la precursora de Penélope Cruz en ese sentido. Como personaje, es interesante, y la época en la que vivió también. Me fascinó la manera en que su historia personal engarza con la Historia con H mayúscula.

¿Qué conexión es esa?

Es difícil explicarlo sin reventar la trama. Lo que sí es interesante en esta historia es ver cómo la personalidad de los personajes va cambiando. Leslie Howard pasa de ser un actor a ser un activista totalmente comprometido con la causa de los aliados. Claro que, en realidad, no era inglés de origen, sino judío austriaco. Fue fiel a sí mismo y, a pesar de sus dudas, aceptó una peligrosa misión que le encomendó su amigo Winston Churchill en España. Y cuando vuelve a ver a Conchita Montenegro, a ella ya no le interesa el cine. Ella también había cambiado, se disponía a asumir el último papel de su vida que ya nada tenía que ver con el cine o con el teatro.

¿Por qué es tan desconocida?

Porque ella así lo quiso. Quiso bajar el telón sobre su vida pasada. Vivió 40 años sin dar entrevistas ni hablar de su pasado.

No daba la imagen de folclórica española. ¿Fue una mujer moderna?

No era Imperio Argentina, su gran rival. Ella daba muy bien la imagen de vamp, tan en boga en Hollywood en aquellos años, era la imagen que daba el cine negro. Y fue una mujer moderna en el sentido en que hizo carrera, y trabajó desde niña, y fue independiente. Ella elegía a los hombres, no al revés. Y tenía carácter, como demostró en la prueba con Clark Gable.

Al que dio una bofetada por propasarse con ella. ¿Sería hoy una abanderada del #MeToo?

Claro. Harvey Weinstein no es un invento de ahora. Ese prototipo de depredador existe desde que Hollywood es Hollywood. Y no solo en la meca del cine, en cualquier entorno en el que las relaciones de poder son tan desequilibradas.

El jurado dijo que su obra era un viaje en el tiempo del paraíso al infierno, del Hollywood dorado a la guerra española.

Como todos mis libros, tiene un trasfondo histórico. Mi pecado empieza con el crack del 29 y termina en 1943. Las cosas se ponen cada vez más duras y más difíciles. Un día Conchita recibe una orden de deportación. Estalla la guerra civil en España y luego la crisis económica mundial desemboca en la guerra mundial.

Antes noveló a Balmis y su expedición, ahora a Montenegro. ¿Le gusta recuperar a personajes reales para contar la historia con mayúsculas?

Sí, claro, creo que es bueno recuperar la memoria de nuestros héroes y de nuestras luminarias. Los mitos sirven para que nos sintamos parte de algo mayor que nosotros mismos. Además, refuerzan el vínculo entre todos nosotros. Compartimos valores con esos personajes que tuvieron vidas distintas, a veces ejemplares, como fue el caso de Balmis.

Ha dicho sobre la historia de España que «nos hemos creído la leyenda negra creada por nuestros enemigos». ¿Qué quiere decir?

Que tenemos una visión muy negra de nuestro pasado, alimentada por los enemigos históricos de España. Pero hubo páginas gloriosas, como la expedición de la vacuna, y me sigue pareciendo vergonzoso que se le de tan poca importancia a una hazaña semejante que debería estudiarse en los colegios. Recuperar la memoria de nuestros héroes es síntoma de salud mental de una sociedad.

¿Qué personaje de hoy podría servirle para una novela en el futuro: la reina Letizia, Cristina Cifuentes...?

La actualidad nunca me ha inspirado. Me gusta recrear un mundo pasado, dar vida a personajes olvidados, es el poder mágico de la literatura. Un libro, una novela histórica, sigue siendo la mejor manera de viajar por el tiempo. No te mareas, y si te metes en la lectura de una buena novela histórica, acabas inmerso en la época de manera muy intensa.

Mi pecado parece una historia muy cinematográfica ¿La ve el cine?Mi pecado

Veo todas mis novelas adaptadas al cine, pero me gustaría que fuesen los cineastas quienes la vieran. Yo siempre estoy dispuesto a que se hagan películas de mis libros, pero hasta ahora no he tenido mucha suerte.

Usted trabajó en el cine y vivió varios años en Hollywood. ¿Qué ha cambiado del que vivió Conchita Montenegro en los años 30?

Claro que ha cambiado, pero la esencia se ha mantenido. Sigue siendo una sociedad muy dura, clasista, donde vales lo que vale tu última película. Anthony Quinn me contaba que si su última película no había funcionado bien en taquilla durante el fin de semana, no se atrevía a ir al jugar al golf el lunes porque se sentía señalado. Es muy curioso ese contraste entre el paisaje de felicidad que rezuman esos barrios de casitas bajas y piscinas de aguas azules de Los Ángeles y la dureza de vida allí. En eso Hollywood no ha cambiado.

Se encuentra en plena promoción de Mi pecado

No puedo hablar de mi próximo proyecto porque dicen que da mala suerte...

La piratería desciende pero aumentan las descargas ilegales de libros. ¿Le preocupa?

Claro que me preocupa. La crisis ha golpeado muy duramente a la industria española del libro. Que bajen las descargas ilegales es un buen dato, pero echo en falta una acción mas contundente de parte de las autoridades para frenar el pirateo de obras culturales. Porque a este ritmo, se hace cada vez mas difícil vivir de esto...

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