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Jaime Urrutia: «Quiero hacer un buen disco antes de retirarme, lo estoy intentando»

Fue una de las voces más conocidas al frente de uno de los grupos más singulares del pop español

Jaime Urrutia: «Quiero hacer un buen disco antes de retirarme, lo estoy intentando»

Codi Clavo, su excompañero en Gabinete, acaba de publicar un libro sobre Camino Soria

No lo he podido leer. Sólo un capítulo porque salió en El País, de cuando estuve a punto de tirarme de maletilla en Las Ventas. Ya lo leeré, tampoco tengo prisa.

¿Merece aquel disco que alguien le escriba?

Supongo que sí. Si Edi lo ha hecho, me parece muy bien, igual que me parece bien la reedición ahora del disco. Según dice la gente, no lo digo yo, es uno de los mejores discos del pop español de todos los tiempos. Lo cual me enorgullece.

¿Qué tiene Camino Soria

Tiene magia porque está hecho en un estado de melancolía. Me había dejado una mujer y nuestro saxo Ulises Montero había muerto unos meses antes. Ese estado se notaba en el disco, pero no es un disco triste. Hay canciones alegres como Suite nupcial o Tócala Uli, no hay muermo. La producción es muy buena, nos entendimos perfectamente con el productor Jesús Gómez y si lo oyes ahora suena tan fresco como en su época. Alucino cuando me meto en internet y hay gente nueva que habla de él como uno de los mejores discos del pop español. Para mí es cierto, creo que es un disco cojonudo.

¿Ese aire melancólico acabó de enterrar la frivolidad de la Movida?

Nosotros siempre nos quisimos distinguir de esa imagen frívola y lo hicimos bien. Eramos tres tíos muy adustos, serios, había gente que no nos aguantaba. Hicimos un disco de madurez, de sentirnos con poderío. Era un momento en el que estábamos sembrados, en el que todo te sale bien y todo te parece muy fácil. Con el tiempo te das cuenta de que llegar a un punto parecido a ese es muy difícil.

¿Fue la cima de su carrera?

No, el punto más alto fue La culpa fue del cha cha cha, del disco Privado. Digamos que fue la canción que nos hizo más famosos. Y ya con la imitación que nos hizo Martes y 13 no podía ni salir a la calle. Pero también es responsable de que el grupo empezara a tambalearse. Edi decía que era una horterada, que él creía en el rock. A partir de ahí hubo un bajón.

¿Aquella imitación de Martes y 13 les empujó hacia abajo?

Sí, pudo ser el principio del final de Gabinete. Pero creo que hay que sentirse orgulloso de los buenos discos que hicimos.

Sus últimos discos después de Camino Soria y Camino SoriaPrivado

Efectivamente. El último disco de Gabinete ( Subid la música) se remonta a 1998, y lo producía Telecinco. En los 90 estuvimos en tierra de nadie, pero era normal. Vino una nueva generación, la de los indies, que nos quita de en medio. Es lógica pura. Yo intenté aguantar todo lo posible Gabinete, pero llegó un momento que hubiera sido un error mantener el grupo, a pesar de la opinión de mis compañeros que por eso no me hablan. En la última época íbamos al local de ensayo y ya no nos divertíamos, no teníamos eso de querer hacer cosas juntos. Cada uno llegaba como un oficinista, fichábamos, tocábamos dos horas sin hablar y nos volvíamos a casa. Antes hubiéramos acabado y hubiéramos ido a hacernos unas cañas como un grupo de amigos. Después del éxito siempre viene la hostia que te da el éxito.

En el cómic La encrucijada

Casañ es un tipo de puta madre. Mantenerse ahí 30 o 40 años, la única que lo ha conseguido es Alaska, porque es muy lista.

¿Y Loquillo?

Quizá también. Son las excepciones que confirman la regla. Pero yo no puedo levantarme todos los días y creerme mi personaje y decirme a mí mismo qué bueno soy, como hace Loquillo. Yo llevo una vida muy normal, me salen galas y las hago. Pero he llegado a estar bastante harto de la música.

¿Piensa ya en la retirada?

Antes quiero hacer un buen disco, y llevo tiempo intentándolo. Llevé unas cuantas canciones a mi compañía y me dijeron «no Jaime, podría estar mejor», y creo que llevaban razón. Me parece normal retirarse, lo hace todo el mundo. A lo mejor la música ya me lo ha dado todo. Aunque sé que la gente empieza a apreciarme de nuevo por mis canciones. No me faltan galas con un repertorio hecho hace varios años, pero me gustaría tener un repertorio nuevo con un nuevo disco. En ello estoy.

¿Qué queda del cuarteto de ¿Dónde estás?

Entonces lo éramos. Ahora no tenemos contacto. Bumbury me llamaba para tocar en su gira, y Calamaro igual. Eran otros tiempos, compartíamos muchas cosas?

¿Qué es lo que más echa de menos de la época en que Gabinete era una de las dos o tres bandas más populares de España?

Lo bien que lo pasábamos. Éramos un grupo de amigos que tenía éxito y que trabajaba en lo que le gustaba. Sí, tengo nostalgia y es bonito recordar esos tiempos porque fuimos un grupo que lo hizo bastante bien, difícil de imitar y que quedó en buen lugar. Pero ahí están nuestros discos para quien le gusten.

¿Es injusto el público español con los que han sido sus ídolos?

El problema es que el rock en España viene y va, o más bien hace tiempo que se ha ido. En los 80 hubo una época de grupos de rock. Cuando empezamos no teníamos medios y en unos años se hizo una infraestructura. Y aun así, tocábamos en plazas de toros, que están hechas para los toros, no para la música. España era un país de copla y ahora es de reguetón. No hay un público rockero, y el que hay está mal visto. Ahora está difícil hacer rock'n'roll. En Inglaterra o Estados Unidos lo han mamado toda la vida, pero aquí es una moda.

Un compañero me preguntaba ayer si de verdad Gabinete eran fascistas. Creo que esa idea viene de su famosa presentación en Rock-Ola en 1981...

No soy facha, más bien todo lo contrario. Pero veníamos influidos por el punk y mi amigo Eduardo Haro Ibars, que sabía mucho de rock, me dijo que teníamos que distinguirnos de los demás. Por eso en aquel concierto, que había 50 personas, dije eso de «Somos Gabinete Caligari y somos fascistas». Se tergiversó tanto que cuando íbamos a tocar al País Vasco recibíamos amenazas de bomba. Después hicimos Sangre española, sobre el torero Juan Belmonte, y fue peor todavía... Siempre intentábamos decir cosas distintas, no hablábamos de «la chica de ayer», preferíamos decir cosas más interesantes. Gabinete éramos un grupo raro, para bien o para mal.

¿Se atrevería a decir lo mismo en un concierto en 2018?

(Ríe) No. Ni se me ocurre.

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