¿Cómo se condensan 20 años de música en un concierto?

[Se ríe] Es imposible, creo yo. El repertorio tuvimos que elegirlo. Quizá es una gira un poco más fácil en ese sentido, porque no estamos presentando un disco nuevo. En este caso, hemos elegido algunas de las canciones de las que no podemos desprendernos, y otras que hacía tiempo que no tocábamos.

Las ha recogido en su Fitografía

Porque los recopilatorios se hacen para vender más discos. Artísticamente no te involucra en nada. Pero el punto que me convenció para hacer este fue la idea de una caja con muchísima gente colaborando y poniendo su opinión de los Fitipaldis en toda esta trayectoria. Recuerdo que dije: «Aunque no hagamos el disco, preparadme uno para tenerlo yo».

¿Se le ha quedado pequeña alguna de las canciones con el tiempo?

Hay canciones que a veces se te hacen muy grandes, otras que se te quedan pequeñas y otras que se te olvidan. Algunas ya no piensas si te gustan o no [risas], directamente las tocas porque la gente las ha hecho suyas. Otras no las vuelves a tocar, porque no les ves la forma. Yo para esta gira estoy recuperando «Rojitas las orejas». Es la primera canción que compuse para los Fitipaldis, pero la estoy haciendo yo solo porque no la veía con banda.

¿Cómo han cambiado los Fitipaldis?

Hay cosas que han cambiado muchísimo. Antes íbamos a tocar a salas chiquitinas con un remolque, a veces no teníamos dinero para los hoteles? Teníamos que pensar mucho a dónde íbamos y cómo íbamos, para poder volver. Ahora estamos viviendo ese sueño adolescente de hacer giras como si fuéramos los Big Purple. Ese punto tampoco quiero que cambie, el sentir que lo que estamos haciendo no es normal, porque lo normal de una banda rock no es hacer giras de pabellones, sino la furgoneta. Pero hay otras cosas que no cambian nada. Al final estás tú solo con una guitarra y un bolígrafo para intentar escribir el siguiente disco.

¿Sigue peleándose con la composición?

Sí, eso es un reto que tengo conmigo mismo. Y cuando escribes, estás solo, no puedes dejarte ayudar. Prefiero estar 7 años sin sacar disco a que me ayude alguien a escribir, eso no se puede compartir.

¿Cómo se viven esos bloqueos cuando hay toda una masa de fans esperando nuevas letras?

Con pánico [se ríe]. Me sucede en cada disco, piensas que te has quedado totalmente seco. A veces se prorroga en el tiempo y te pones un poco más inquieto. Pero ¿qué vas a hacer? ¡No puedes hacer nada! Tampoco es necesario hacer otro álbum. El mundo está lleno de discos y no necesita otro mío. Yo creo que a veces no estás en el punto adecuado. No es que no vengan las musas, es que no les dejamos. Estamos a otra cosa.

¿Qué le debe Fito Cabrales

Todo. Estaría perdido sin la música. No me imagino sin ella. No solamente porque yo la haga, sino porque la necesito todo el rato. Cuando estoy en el hotel, antes de tocar, me pongo música que me lleva a otro lado. Es como un momento de oración, poner a un artista para que me dé fuerzas. La música me ha dado todo lo que conozco. La casa donde vivo, los amigos con los que salgo, la mujer con la que tuve a mis hijos... Y la felicidad de entenderme a mí mismo.