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¡A los balcones!

¡A los balcones!

a estampa es todo un cuadro de Goya. En la habitación con solera hay unas siete señoras y unas a otras se colocan la mantilla española para acompañar a la Virgen de la Soledad. Todo un ritual en el que los trucos legados por abuelas y bisabuelas ayudan a que luzca recta. Una de ellas le explica a otra como colocarla correctamente. «¡Acabo de aprender!», comenta una de las señoras ilusionada. La miro con incredulidad porque el tema parece que requiere no sólo de pericia, también de práctica. Esto pasa en la habitación 103. Mientras, en el hall hay un auténtico trasiego de más mantillas, cofrades, empresarios, intendentes y amigos de Pedro Picazo.

Es Miércoles Santo y desde hace más de 20 años el propietario de Les Monges Palace celebra su tradicional y singular cóctel que precede a la procesión de la Cofradía Sacramental del Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad que sale desde el Convento de las Monjas de la Sangre, justo en frente de su hotelito con encanto. Allí, todos los años recibe a diferentes personalidades de la sociedad alicantina.

«¿Falta algo por aquí? ¡Venga! ¡Comerme algo!», dice Pedro desde detrás de la barra a sus invitados mientras sujeta una bandeja. En tan sólo una hora, pasaron una centena de personas. Es tan generoso como indiscreto y descarado, quizá, la clave de su encanto. «Este evento es toda una tradición, no lo hace nadie en Alicante. Yo lo hago porque me nace», comenta mientras se recoloca su foulard de cachemir del bueno.

«¡Más cargos que la procesión oficial!», decían algunos estando en lo cierto. Entre los invitados, que todos procesionaban con el Divino Amor y el exministro Margallo (por segundo año consecutivo y de la mano de Carlos Castillo) estaban el subdelegado de Defensa en Alicante, José Carlos Martínez; José Mª Conesa, Intendente General Jefe de la Policía Local de Alicante, y su esposa Pilar Morales; Paco Bernabeu, Comisario Principal de la Policía de Elche; Demetrio Muñoz, jefe del MOE; Benito Torrecillas, delegado provincias de ISFAS; el comandante naval, Gustavo Adolfo, el comandante Agustín Miralles y el capitán de navío, Álvaro Fernández. Los médicos Enrique Chipont, José María Gómez Reino y Antonio Server, cofrades de honor. También, la concejala de Ciudadanos, Mª José Molina y no podían faltar P epe Pamblanco, Julio Forner, presidente de la cofradía, Jorge Crespo y Armando Sala.

Entre las Damas de Mantilla, Mónica Menor, Marisa Artiaga, Nieves Muñoz, Pepa Ripoll, Pilar Bernabéu, Elizabeth Manrique y Cristina Meneses, entre otras muchas. También, al cóctel de Picazo acudió el empresario madrileño Juan Manuel González, y de Nuevo Futuro, Ana Planelles, con Esperanza Pérez Fabra, Pepi Muñoz Cuenca y Mª José Javaloyes.

«¡A los balcones!», avisa Pedro. Los que procesionan salen. Los que no, se reparten entre el primer y segundo piso. La vista es más que privilegiada. Primero, el Cristo. Después, La Marinera. Desde el balcón, Pedro da la salida. Saeta de Lina Baños. Sube y baja las escaleras, Pedro está pero levita por la emoción. Un año más recuerda que «¡los pétalos delante de la Virgen! ¡Que no caigan en los faroles y se apaguen!». Así se hace. «Soledad», grita Pedro desde su casa. «Guapa», contestan cofrades, costaleros y multitud. «Guapa, guapa y guapa», grita Picazo como en su día hizo Castedo con la famosa campaña de marketing. Pero lo de Pedro es otra historia.

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