La Torá es el libro sagrado de los judíos, que Carles Cortés ha leído para comprender mejor a sus personajes y su mundo -y, al mismo tiempo, a sí mismo- durante la escritura de La vida dins dels ulls, su nueva novela, escrita a lo largo de ocho años, que se presenta hoy a las 20 horas en el Fórum 80 Mundos de Alicante.

«Más que histórica es una novela de reflexión. Es mi novela más personal y la que más me ha costado escribir, que me ha servido para reflexionar sobre muchas cosas de nuestro mundo, no sé si por la edad -la empecé con 42 años y la termine con 50- y que, más allá de que el lector disfrute de la historia, hay reflexiones sobre la religión, la filosofía, el momento actual...», apuntó ayer el autor de la que es su séptima novela y la primera en la que no hay mujeres protagonistas, sino dos hombres, supervivientes en distintos siglos, el actual y el siglo XV, de diferentes momentos de persecución del pueblo judío: el holocausto nazi y la invasión turca de Constantinopla.

La noticia publicada en 2010 sobre la muerte de un holandés de origen judío afincado en Alcoy que escapó de un campo de exterminio nazi sirvió al escritor alcoyano de «pretexto» para inventarse a su primer personaje e imaginarse su vida anterior, mientras que el segundo es un joven judío del siglo XV que tras la toma de Constantinopla emprende un viaje sin retorno a Ibiza.

«Son dos historias paralelas, cada una transcurre en capítulos alternos -entre el momento actual y seis siglos atrás- y la mitad del libro está escrito en lengua antigua. Esa ha sido la complejidad de la novela: escribir en la lengua catalana del siglo XV -que en esa época era igual aquí o en Ibiza, no había variedades dialectales- y hacerla entendible por el lector», explica Cortés, que ha pasado la fase final, de dos a tres años, corrigiendo esta parte «no solo la lengua, sino los conceptos, que ya no se entienden igual o no existen en el siglo XXI». De hecho, la novela cuenta con 186 anotaciones a pie de página.

En la primera mitad del proceso Carles Cortés buceó en las escrituras sagradas de los judíos. «En novelas anteriores también leí libros sagrados y al empezar esta me leí la Torá, porque los dos personajes buscan a su Dios, sus orígenes y su identidad. No soy religioso en absoluto pero sí me siento atraído por los libros religiosos», apunta el escritor, que reconoce que los observa como «libros literarios, de literatura fantástica que explican la creación, y me interesa la reflexión y la explicación de su mundo, donde encuentro elementos interesantes, como el interés por sus orígenes, la vida sin Estado de los judíos y la importancia de su religión y su lengua».

Bromea diciendo que no se ha convertido al judaísmo tras su lectura aunque reconoce que es «de las religiones más divertidas, se pasan el tiempo haciendo ritos» pero asegura que escribir esta novela le ha llevado a un viaje interior: «Yo escribo porque me da la gana, no vivo de ello y tengo una vida laboral bastante atareada -Cortés es vicerrector de Cultura en la UA- pero escribir tiene ese efecto balsámico para mí. Después de leer mucho sobre este asunto he reflexionado sobre mis orígenes, me he encontrado con mi padre, que falleció hace 25 años -una de las personas a las que dedica el libro- y conmigo mismo. No he encontrado a Dios pero sé de donde vengo y a dónde voy. Vino paralela a mi vida».