Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nuria Gago: «La gente tendrá dudas pero les invito a que me lean»

Con su segunda novela, Quiéreme mucho, Nuria Gago (Moncada y Reixach, 1980), ganó el jueves el Premio Azorín en Alicante

La actriz Nuria Gago gana el Azorín con «un canto de amor a la vejez»

La actriz Nuria Gago gana el Azorín con «un canto de amor a la vejez»

Para ver este vídeo suscríbete a Información o inicia sesión si ya eres suscriptor.

La actriz Nuria Gago gana el Azorín con «un canto de amor a la vejez» Cristina Martínez

Ya pertenezco a la familia Azorín. Lo dijo el jueves, tras recibir el premio.

Todavía no me lo creo, tengo que acabar de aterrizar, pero me siento muy afortunada y muy agradecida. Creo que es la gente y mis amigos los que me están haciendo entender la importancia de lo que ha pasado. Me siento invitada a una fiesta enorme.

Empezó a leer porque sus padres no le dejaban ver la tele entre semana y la llevaban a la biblioteca. ¿Cuáles han sido y son sus referentes?

Pues de pequeña leía la serie Barco de Valor y también las historias de Puck. Ahora me encanta Anna Gavalda... Juntos, nada más es una obra maestra. También me gustan mucho algunos libros de Paul Auster que me fascinan o Michel Houellebecq o Ray Loriga. Hubo una época en la que me sabía párrafos de memoria de sus libros.

Quiéreme siempre está protagonizada por dos mujeres, una de 86 años y otra de 34, dos personajes femeninos, a los que se une un tercero, otra mujer que sufre Alzheimer, hermana de la primera. ¿Por qué se centra en este universo femenino?

Es verdad, hay muchas mujeres... los personajes son mayoritariamente mujeres, pero ha sido algo de forma espontánea. Es lo que me interesa, lo que me sale, no es algo premeditado, algo que me proponga. Además, siento fascinación por la gente mayor. En mi vida estoy rodeada de mujeres de todas las edades, y de hombres también, pero es verdad que hay mucha mujer en mi vida, estoy muy sostenida. Me encanta la red de solidaridad que hay entre nosotras, sobre todo en una profesión como la mía. Yo tengo compañeras que cuando hay un casting nos avisamos entre nosotras. Estoy rodeada de mujeres maravillosas de las que aprendo. Yo que perdí a mi madre y a mi abuela, que son los referentes femeninos más importantes en la vida, ahora estoy rodeada de mujeres que me ayudan a confirmar mi identidad todo el tiempo.

Suele ser más habitual que una novela hable de la vejez, pero no confrontada de esta manera con la juventud. ¿Qué es lo que buscaba al poner cara a cara esos dos mundos?

A mí me da la sensación de que les hemos apartado porque ellos tienen otro tempo, otro ritmo. Las tecnologías no van con ellos, se han quedado fuera, pero mira qué lección nos están dando los pensionistas. Han salido a la calle, manifestándose con esa fuerza y esa determinación. Siguen siendo referentes y no les dejamos ocupar su lugar, porque lo que somos lo somos gracias a ellos, y lo que consigan hoy será para nosotros, que es lo que han hecho siempre.

¿Qué le impulsó a tomar partido por nuestros mayores, a establecer ese vínculo?

Tengo un abuelo de 100 años y es mi dosis diaria de este tipo de vínculo. Mi abuela murió hace unos años. Pero desde que nací están ellos a mi alrededor.

¿Esta novela es una declaración de intenciones?

Pues sí. Empieza todo forzado entre ellas. Ninguna de las dos quiere vivir con la otra, quieren estar solas, quieren recuperar sus vidas pasadas, han pasado cosas y las dos están en un naufragio y es incómodo compartir ese espacio. Pero se salvan.

Por su condición de actriz, asegura que escribe de forma muy visual. ¿Le gustaría ver sus novelas en el cine? Hasta podría protagonizarlas.

¡Hombre, claro! Con los que me ha costado escribirlas... Sería una forma preciosa de cerrar el círculo, sería algo soñado, sería unir las dos disciplinas que más quiero en el mundo. Yo todo lo que hago es muy vocacional. Las dos cosas que hago me aportan mucha felicidad, soy una privilegiada. Soy una consumidora de audiovisual feroz y de libros igual, y formar parte de esos universos es un regalo constante.

Mucha gente la reconocerá al ver su foto por las series y las películas en las que ha participado o por salir en los medios, pero quizá tenga dudas al ver que también es escritora. ¿Es consciente de que la pueden prejuzgar como autora sin conocerla en esa faceta?

Lo sé. Respeto y entiendo su duda inicial, pero les invito a leer el libro y que luego opinen. ¡Yo si no les gusta, les devuelvo el dinero! (bromea).

¿Qué les diría para que leyeran sus novelas?

Pues que sería bonito al menos que me lean antes de opinar, pero todo el mundo tiene derecho a decir lo que piensa, puede hacerlo.

En el cine trabaja con historias de otros que debe aprender de memoria y bajo las órdenes de un director que le da las directrices de lo que debe hacer, decir o cómo debe comportarse su personaje, pero en la literatura es la revés, debe crear sus propias historias, sus propios personajes, nadie le da órdenes ni indicaciones. ¿Se siente más libre en la literatura?

En ese sentido sí. He podido crear personajes sin juzgarlos, aunque interpretando tampoco puedes juzgar. Pero en mis novelas he podido retratar a un montón de gente distinta. Y quiero destacar la presencia de música en esta novela. Juega un papel imprescindible en la historia, hay muchas canciones en el libro. Me he asesorado con musicólogos y psicoterapeutas, porque la música es curativa para Alzheimer. Cuando a esas personas les pones una canción que ellos conocen les alivia de su dolor y su aislamiento. Cuando descubrí a Mónica De Castro, psicoterapeuta, me resolvió todas las dudas. Me hace vivir muy tranquila sabiendo que hay alguna forma de ayudar a estas personas. Si yo lo hubiera sabido antes, con mi abuela... Si la gente descubre eso y alguien que está en su casa sintiéndose muy solo y desconfiado puede recordar con una canción, este libro ya ha valido la pena.

No sé si va a hacer la huelga del día 8 y qué piensa de esta iniciativa.

Claro que sí. Vamos a estar de huelga, no vamos a consumir, no vamos a comprar, no vamos a ir a restaurantes... Es muy bonito lo que está pasando a nivel de conjunción, las mujeres estamos ocupando nuestro lugar, el que nos corresponde por derecho; el nuestro, no otro, y desde la alegría, desde saber que este mensaje ya se está extendiendo, que hay luz ahí.

Con razón es amiga de Leticia Dolera, otra actriz muy comprometida con el feminismo y cuyo libro, Morder la manzana , está funcionando muy bien.

Es un libro maravilloso. Aprendí mucho leyéndolo. Es un ejemplo para que las niñas puedan ir creciendo en un mundo menos encorsetado. Sé tú misma, ponte lo que quieras, no pidas permiso, ocupa tu espacio. No pases por encima de nadie pero que nadie pase por encima de ti, y, sobre todo, sin pedir permiso.

Y, como actriz, ¿qué piensa del movimiento #MeToo?

Yo creo que todo lo que sea dar visibilidad a la necesidad del «basta ya», es importante. No puede ser que el poder haya estado en un lugar mal utilizado, no puede ser que se haya utilizado para sacar provecho de personas que tienen los mismos derechos. Cuando alguien tiene el poder y somete al de al lado, qué mala gestión del poder. En todas las profesiones se esta visibilizando, en hospitales, en escuelas, en todos los sitios, esto no va solo con nosotras, por desgracia va con todas y con todos. Y qué bonito que se esté diciendo «basta, se acabó», y que a partir de ahora alguien se lo piense antes de hacer un mal uso del poder y para que el poder esté repartido. Se ha acabado el «ancha es Castilla»... Se ha acabado.

Otra polémica. Es catalana, pero vive en Madrid.

Yo estoy arriba y abajo últimamente. Lo vivo con mucha tristeza y estoy deseando que haya paz de una vez en todo esto. Tengo el corazón muy triste. Son tiempos muy fuertes y con todo esto de la censura también a veces tengo la sensación de vivir en esa parte de la historia de la que me habla mi abuelo. Pero tengo mucha esperanza en que todos juntos hagamos que el sentido común tome el timón de todo esto.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats