No es una batalla fácil, pero el MARQ está dispuesto a luchar para conseguir traer a Alicante los guerreros de terracota de Xian. Será una de las campañas más destacadas y de más envergadura de su trayectoria, pero la apuesta merece la pena. La próxima semana, del 6 al 10 de este mes, una comitiva del museo alicantino volará hasta China con el objetivo de conseguir que una representación del famoso ejército, reconocido en 1987 como Patrimonio de la Humanidad, viaje hasta Alicante para conformar la gran exposición internacional de 2019.

De este proyecto se dio cuenta ayer en el patronato de la Fundación MARQ, que dio el visto bueno a esta iniciativa que comenzó el pasado mes de septiembre, cuando el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, se reunió con representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cultura chinos, además de con responsables de museos de ese país, para estrechar relaciones y potenciar futuras líneas de colaboración.

Esa acción, a la que se une la exposición Señores del cielo y de la tierra. China en la Dinastía Han (206 a.C. - 220 d.C.), que ya se mostró en el museo en 2014, abrió el camino de esta aventura que tiene un objetivo ambicioso. Hasta allí viajarán el martes el diputado de Cultura, César Augusto Asencio; el director gerente del MARQ, José Alberto Cortés; el director técnico, Manuel Olcina, y el director de exposiciones, Jorge Soler.

La invitación oficial, recibida el pasado 23 de febrero, es fruto de un intenso proceso de negociaciones entre embajadas y autoridades de ambos países, con el respaldo del bagaje y las credenciales internacionales que avalan la trayectoria del museo, con exposiciones procedentes de centros como el British Museum, el Louvre o el Ermitage. «Estas reuniones al más alto nivel son fruto de meses de trabajo y representan el inicio de una serie de proyectos de intercambio cultural que esperemos puedan ver la luz en un futuro no muy lejano», destaca el diputado César Augusto Asencio.

Pero este viaje tiene ida y vuelta. Una delegación china viajará en breve también a Alicante. No solo para conocer las instalaciones del MARQ, una de las pruebas de fuego para dar el sí a la cesión de los guerreros, sino también para conocer el fondo patrimonial del museo alicantino. Y es que este centro ha ofrecido al país asiático una muestra propia con piezas del MARQ, lo que supondría, según Asencio, «llevar a China una exposición de nuestra cultura, de Alicante, donde se resumen muy bien todas las culturas de Occidente».

Una vez en China, mantendrán varias reuniones de trabajo con representantes del Museo Nacional de Pekín, del Museo Provincial y del Museo de Historia de Sahaanxi, así como con el director del Centro de Promoción del Patrimonio Cultural de Shaanxi, región de Xian donde se encuentran estas esculturas descubiertas en 1974 en el mausoleo del primer emperador de China, Qin Shi Huang (260 a.C.-210 a.C.).

Estos guerreros, de los que han salido a la luz más de 7.500, tienen la particularidad de ser a tamaño real y de que todos ellos son diferentes y estaban pintados, aunque al ser desenterrados perdieron el color. Fueron encontrados por casualidad y se encuentran en un foso de 200 por 50 metros, aunque se estima que el mausoleo, que incluye la tumba del emperador, tiene más de 60 kilómetros cuadrados. En 2010, los descubridores y los encargados de la excavaciones recibieron el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

La llegada de los soldados de Xian al museo alicantino supondría un hito para el MARQ. «Un salto cualitativo y un reto impresionante que está al alcance solo de las grandes estructuras de organización y los mejores museos», destaca José Alberto Cortés, que asegura que «ha sido una aventura porque la burocracia es muy complicada».

En estos momentos, hay una exposición con guerreros de Xian en Liverpool que acabará en octubre. Esa podría ser , afirma Cortés, una gran oportunidad para traer esas piezas, que vendrían acompañadas por otros elementos arqueológicos de la historia de Shaanxi, como ajuares funerarios o vasijas. «Eso sería fantástico porque podríamos traerla en navidades, si no, nos iríamos a marzo». Aún, así, «es un proyecto de envergadura y no es fácil».