A partes iguales entre el ensayo y el análisis periodístico, el escritor dianense Sergio González publica A oscuras (Editorial Funambulista) en el que, desde sus propias pesquisas e investigación, reconstruye literariamente el «caso Sala», el asesinato de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala.

Para ello, sirviéndose del expediente y contactos con policías, abogados y personas del entorno, González trabaja, con una dimensión literaria, los acontecimientos que se produjeron el 9 de diciembre del 2016 en el escenario del crimen: un concesionario a las afueras de Alicante, perteneciente al entramado empresarial familiar -con negocios de facturación millonaria en el sector inmobiliario, plástico y automoción-.

El libro, bendecido y elogiado por Arcadi Espada (que lo tilda de «valeroso» e «inteligente»), ahonda pues en el crimen, y sobre todo trata de deshacer las «incongruencias y falsedades de los presuntos responsables». De este modo, el autor dianense se adentra en esta compleja trama que cuenta con numerosos sospechosos pero con ningún culpable.

«Llevaba ocho años tratando el tema del suicidio y no tenía nada más que decir. Del 'caso Sala', como lo denominaban los periódicos, me había llamado la atención, sobre todo, la insistencia de algunos en situar muy lejos del escenario al presunto asesino: 'A nadie en su sano juicio se le ocurriría programar la muerte de su suegra en su propio centro de trabajo con la posibilidad de que cualquier de los nueve empleados que se encontraban allí, cualquier cliente o cualquier viandante apareciese de repente en la escena del crimen', había escrito el primer letrado del yerno y principal sospechoso, Miguel López, en un recurso de apelación. Me parecía una declaración un tanto enfática, como un punto de desesperación. Para desmontarla solo había que sustituir yerno por 'empleado' y suegra por 'jefe' y comprobar en las hemerotecas que, de vez en cuando, en las empresas habitaba la muerte», indica en el capítulo uno de la obra.

«La primera intención era escribir un reportaje. Cuando lo tuve escrito, me di cuenta que la historia requería más espacio. Ahí surgió la idea de escribirlo en forma de libro. Un reportaje largo, como los que se publican en algunas revistas norteamericanas. La suerte fue que el editor Max Lacruz se interesara por algo así», agrega Sergio González respecto a esta historia todavía pendiente de juicio, de resolución final, por lo que no entra en predicciones: «Yo no sé lo que decidirá el juez. Pero, obviamente, espero que haya juicio y gane la luz. Para matar a María del Carmen Martínez tenían que darse dos condiciones principales. Una: que la hermana abandonara el concesionario sin esperarla. Y otra: que la víctima no llegara a meter las llaves en el contacto. A partir de esto, la lista de presuntos responsables se reduce mucho».

«Tenía varias ideas básicas sobre los crímenes, casi siempre extraídas de la psicología: la mayoría de asesinos conoce a sus víctimas. Solo alguien que pudiera cometer el crimen o no cometerlo sin mayor inconveniente o dolor de corazón era el responsable. Y disponer de un asesinato resulta muy útil cuando hay dos bandos enfrentados», esgrime.

Sergio González dibujó el lugar de los hechos, situó a sus protagonistas y elaboró una lista con las pistas que vinculan al sospechoso comparándolas con otras de la policía. A partir de ahí, según deduce, «hubo personas que estuvieron allí, mintieron» en unos hechos que desgrana en el libro.

«No había que ser muy listo para pensar que la viuda había sido atraída a una ratonera. Pero, si el coche estaba limpio y aparcado en el parking, ¿quién lo había vuelto a meter en el lavadero? ¿Quién le había disparado? Y ¿cómo podían haber sacado la pistola del concesionario??», se cuestiona el autor en A oscuras, quien analiza a conciencia las distintas declaraciones tomadas por la policía para descubrir una verdad que, todavía hoy, está plagada de incógnitas.