El escritor Antonio Muñoz Molina publica Un andar solitario entre la gente (Seix Barral), un «mosaico narrativo» con el que el autor observa la «desmesura casi de ficción que puede tener la realidad» y en el que reflexiona sobre la creación artística en un mundo asolado por la tecnología y las redes sociales.

«Las redes sociales para lo que sirven es para que Rusia intervenga en elecciones de otros países y para regalar toda la información íntima que se pueda y venderla luego a un precio estupendo. El mundo está en manos de estas empresas, que solo aspiran al beneficio máximo, mandan más que todos, son monopolísticas y armas perfectas para manipuladores como Trump o Putin», lamenta el autor.

El Premio Príncipe de Asturias de las Letras alertó ayer de que la tecnología es «al fin y al cabo lo que uno quiera hacer con ella: o difundir hallazgos de la NASA o el horóscopo». Y es por ello que reitera el peligro que hay en ella debido a «fuerzas tan poderosas que están interesadas en propagar las mentiras».

Un andar solitario entre la gente es una suerte de novela que rompe con los tópicos habituales del género. Durante un largo periodo de tiempo, Muñoz Molina ha ido recopilando artículos y noticias además de otras lectura y ha compuesto sus propios textos, en un trabajo de «lápiz, papel y tijera». Por ejemplo, en el libro se recoge la historia del «vengador de México» -ese misterioso viajero de un autobús que ajustició a unos ladrones que pararon el vehículo y se marchó andando en mitad de la noche- o el curioso caso de los jabalíes radioactivos en Japón, cerca de la central de Fukushima. «Uno sale a la calle, mira el espectáculo de lo inmediato y piensa cómo se registra: sientes ese impulso del que toma borradores y quiere hacer un registro de lo que hay», señala Muñoz Molina, quien «en ningún momento» tuvo la tentación de recurrir a un argumento de ficción. «Habiendo historias como las que ocurren, uno no puede más que recontar», asevera.

El escritor jiennense reconoce que este libro surge tras pasar por «una situación depresiva». «Está relacionado con ese momento en que pasamos por situaciones depresivas, te quedas en la oscuridad y de repente descubres la abundancia del mundo. Es una iluminación, en el sentido de ver lo que hay delante de ti», explica.

Con más de 1.000 páginas de texto y 17 cuadernos, decidió darle forma a la obra en noviembre de 2016. Su idea inicial giraba en lanzar una trilogía pero posteriormente optó por un formato más reducido. «De vez en cuando me he permitido hacer experimentos y el libro no se parece a otros anteriores. Esta obra es más radical, cada vez creo más en la libertad de espíritu del escritor: uno tiene que aprender a dejarse llevar», subraya Muñoz Molina.