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'Puntadas con hilo'

Pasiones de colección

Todo sigue igual, en Alicante tenemos sol y playa para aburrir, dos castillos, un Marq, un Mubag, un Maca, algo más y nada nuevo

Enero, junto a septiembre, es la época de los coleccionables. También, de los propósitos y de Fitur. Allí, sobre la moqueta, se ha vendido Alicante, la Costa Blanca y el mundo entero. Y de nuevo aparece el síndrome del día de la marmota como en la película de los 90 de Bill Murray. Todo sigue igual, en Alicante tenemos sol y playa para aburrir, dos castillos, un Marq, un Mubag, un Maca, algo más y nada nuevo.

Mientras, hay quien sueña en ampliar la oferta con espacios diferentes como el Museo de Bolsos de Holanda y el Simone Handbag Museum (Seúl), los dos únicos centros culturales del mundo que rinden tributo al complemento. José María Amat no deja de soñar, ya lo hizo con el Museo del Calzado hasta que se hizo realidad. Asegura que cedería su colección a alguna institución pero dejando muy claro que «no busco negocio como coleccionista, lo que quiero es que se muestre y la gente lo disfrute y se culturice porque la moda es cultura pura. Eso sí, yo no voy a ir a perder el tiempo, he ido a varios ayuntamientos de la provincia y no han mostrado interés. Esto me coge más mayor y es diferente...». De momento, se conforma con su museo virtual, museodelbolso.es. Ahí, el eldense muestra al mundo su valiosa colección de bolsos, unas 600 piezas únicas con historia, muchos de ellos restaurados por Mª Teresa Rostoll, su esposa.

Piezas autentificadas como una de sus joyas: un bolso portadocumentos con dos dedicatorias, en una cara una de Manolete, el torero, y en la otra la de Álvaro Domecq. Es el primero que adquirió «por unos cuantos miles de euros», confiesa. Ahí empezó todo. «Dejé la dirección del museo y los anticuarios seguían poniéndose en contacto conmigo. ¡Zapatos no! Les decía. Pero, a un coleccionista no se le puede tentar...», cuenta en el gran salón de su casa repleto de libros y alguna fotografía. Pero, sobre todo «¡mucho zapato es lo que hay en esta casa!», dice. Junto al salón, su despacho donde cataloga todas y cada una de las adquisiciones que hace por todo el mundo en anticuarios y subastas.

EE.UU, Arabia Saudí, Egipto, Holanda, Francia? «Viajamos mucho, lo primero es visitar un anticuario y le pregunto: ¿Tiene bolsos? Y de repente, me saca algo interesante. ¡Me da un ataque de adrenalina! Hasta el punto que miro hacia atrás, por si viene alguien al que le pueda interesar también y arrebatármelo». Cuando le comentó a su amigo Berlanga, el cineasta, su nueva inquietud éste le dijo que «si no son zapatos, ¡no quiero saber nada! ¡Los zapatos eran su fetiche no los bolsos!», cuenta Amat.

En su valiosa colección hay, entre otras piezas, un bolso de la Edad Media, otro que pudo pertenecer a Thomas Jefferson, presidente de los EE.UU, un maletín del XIX que utilizaba las mujeres de la época de las diligencias de América del Norte o un bolso art déco de la desaparecida y prestigiosa firma Mandalian. El próximo mes de marzo una selección de su valiosa colección se expondrá en MOMAD Shoes, el Salón Internacional del Calzado y Accesorios que se celebra en Madrid

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