No trataba de batir ningún récord sino de comprobar los límites de la creación. Olga Diego (Alicante, 1969) se encerró en una pequeña habitación del espacio Scan de Londres a las 13 horas del pasado martes y dibujó sin interrupciones hasta las 23 horas del jueves. 58 horas y 15 minutos, casi dos días y medio dibujando sin parar y en plena libertad hasta que su mente y su cuerpo dijeron basta.

Tras un merecido descanso, la artista alicantina prevé inaugurar esta tarde la exposición con el resultado de sus horas de trabajo, que estudiará detenidamente, ya que uno de los propósitos de su proyecto Transcription/Non Stop Drawing es comprobar qué pasa por la mente en cada momento del proceso de creación y cómo evoluciona el dibujo a medida que la falta de descanso hace mella. Por ello, todos los dibujos han sido marcados por un orden cronológico y la acción completa ha podido seguirse a través de dos cámaras, una de la artista en la frente y otra en la sala.

Olga Diego ha emprendido este proyecto de arte al límite sin ninguna idea previa de lo que iba a suceder, ni de lo que iba a dibujar. El dibujo en la obra de Olga Diego es un elemento fundamental e incluso sus instalaciones y esculturas estan llenas de bocetos previos. Siempre en estilo figurativo, el cuerpo humano y desnudo es una de sus constantes y, de hecho, ha llenado con muchos de estos elementos las paredes de la sala.

Acompañada por sus pinturas, la alicantina ha permanecido dos días en este espacio con una mesa, una silla, un ordenador, un pequeño aparato calefactor, y un dispositivo para reproducir música -jazz y clásica-. Ha comido mucha fruta y verdura, así como frutos secos, y bebido abundante agua. No dejó de dibujar mientras comía ni tampoco cuando iba al baño, con hojas de papel sueltas.

La exposición permanecerá hasta el 3 de febrero y la artista prevé mostrarla en otros lugares, Alicante incluido.