Alicante, ADDA, 18 enero 2018, 20 horas.

Philarmonia Zurich

Hélène Grimaud, piano

Fabio Luisi, director

Carl Maria von Weber

(Eutin, 1786- Londres, 1826)

Obertura Oberon

El estreno en 1821 en Berlín de El cazador furtivo (Der Freischütz) catapultó a la fama en toda Europa a este compositor que había dedicado su vida profesional a la dirección de teatros de ópera en Praga y Dresde. La ópera Oberon fue concebida en inglés para el Covent Garden de Londres a donde se trasladó Weber para los ensayos. El estreno, que tuvo lugar el 12 de abril de 1826 bajo la batuta del compositor, fue un gran éxito. Weber, enfermo de tuberculosis, fallecería poco tiempo después, el 5 de junio. Su cuerpo, inhumado en Londres, fue repatriado a Alemania en 1844 por iniciativa de Richard Wagner quien veía en Weber al verdadero iniciador del teatro romántico alemán. Oberon es un cuento de hadas musical protagonizado por el mundo encantado de los elfos, de los que Oberon es el rey. La obertura toma pasajes de algunas escenas de la ópera.

Ludwig van Beethoven

(Bonn, 1770- Viena, 1827)

Concierto para piano número 4, en sol mayor (opus 58)

La obra fue esbozada entre 1802 y 1803, durante la composición de la Sinfonía Heroica, pero no fue terminada hasta comienzos de 1807. Se ejecutó por primera vez en público el 22 de diciembre de 1808 en Viena, en el Theater an der Wien, en un programa que incluía la Quinta y la Sexta Sinfonía Pastoral. La composición lleva la dedicatoria al archiduque de Austria, que entonces contaba diecinueve años de edad y era alumno de Beethoven. El Cuarto concierto para piano y orquesta del maestro de Bonn está considerado una obra maestra de la literatura concertante para piano. Ni en Mozart es posible encontrar unas improvisaciones de tanta facilidad y tan desprovistas de cualquier sujeción formal. Su movimiento central es la cima de la partitura. Asombró a quienes lo escucharon en el estreno y lo sigue haciendo todavía.

Piotr Ilyich Chaikovski

(Votkinsk,1840-San Petersburgo,1893)

Sinfonía número 5, en mi menor (opus 64)

La penúltima de sus sinfonías fue concebida en marzo de 1888, cuando Chaikovski se encontraba en Tbilisi, en casa de su hermano Anatoli. En junio de ese mismo año comenzó a trabajar en la partitura, simultáneamente con la creación de la obertura de Hamlet, y el 5 de noviembre la dirigió en el estreno en San Petersburgo. Aunque fue bien recibida por el público la quinta de Chaikovski fue duramente criticada por la prensa de la época. Unos meses después, en 1889, volvió a dirigirla en Hamburgo ante un auditorio entusiasta entre el que se encontraba su admirado Johannes Brahms, a quien había conocido un año antes. Al igual que en su Cuarta Sinfonía, el tema del destino pasa bajo diversos aspectos a través de los cuatro movimientos: la predestinación ineluctable de la providencia en el Adagio inicial; el consuelo y la desesperanza en el segundo movimiento; la tristeza en el vals del tercer tiempo; y el final, que se debate entre el triunfo del destino y una fe religiosa entre angustiada e interrogativa.