¿Cuál es la clave del éxito de Dos+Dos

Por un lado el género de la obra, la comedia. Por otro lado el tema del que habla, que es muy actual, el intercambio de parejas. Es la adaptación teatral de una película que fue la segunda o tercera más taquillera en Argentina. El reparto, además, es atractivo. Está compuesto por gente bastante conocida que suele trabajar en comedia. El hecho de haber tenido tan buenas críticas y el boca a boca han producido también un efecto llamada para el público.

Ya ha coincidido en otras ocasiones con buena parte del reparto, ¿cómo es el ambiente de trabajo?

Álex es muy amigo mío y he trabajado en alguna ocasión con él. Hizo un pequeño papel, que me gustó mucho, en mi película A cambio de nada. Con Miren ya había trabajado en alguna otra ocasión. María Castro es la única con la que no había coincidido profesionalmente. Entre todos nos llevamos bien y en el escenario nos divertimos mucho y eso luego también se transmite a los espectadores. Tenemos un texto que nos da para jugar mucho y la dirección de David Serrano y Maite Pérez nos ha colocado en un lugar en el que disfrutamos de verdad y nos sentimos bastante cómodos. Se produce una comunión muy bonita e interesante con el público.

Lleva muchas funciones con esta obra, ¿qué es lo que siente al subirse cada día al escenario?

Yo intento que cada función sea diferente. Me gusta mucho subir al escenario, sentir al público, conectar con él y compartir juntos de la mano ese viaje de hora y media o dos horas. Es una sensación muy especial. En cada representación el público es distinto y ocurre algo nuevo que intento incorporar a la obra. Para mí esta es la magia del teatro. No suele pasar, pero yo en el momento que intuyo que puede haber algo de monotonía generalmente me voy del proyecto. Si hay algo que no me está cuestionando o que no me está permitiendo investigar o probar cosas diferentes o darle al público algo distinto en cada función, la rutina me acaba distanciando del trabajo.

¿Hay lugar para la improvisación y la interacción con el público en Dos+Dos

En cierta manera sí. Para mí el teatro está vivo y esa premisa la intento aplicar a todas las funciones. De hecho, me gusta sorprender a mis compañeros, a mí mismo y al público con cosas nuevas en cada pase. El público para mí siempre marca el ritmo con sus risas y aplausos. Yo siempre lo digo, que es otro personaje más con el que tienes que dialogar y al que tienes que escuchar. Yo estoy muy abierto y concentrado para que, cuando surgen esos momentos, incorporarlos. Eso para mí es mágico y el público lo agradece mucho.

Si tuviera que elegir, ¿cine o teatro?

Siempre prefiero tener un personaje al que pueda aportar algo mío como actor y que, a su vez, el papel me aporte algo a mí. En el fondo me gusta vivir la situación imaginaria, tanto en cine como en teatro, de una manera orgánica, activa. Cada formato es diferente y tiene algo muy mágico. Sí que es verdad que en el teatro, al pasar todo sobre el escenario en el momento, al no poder cortar la escena y al tener que incorporar todo lo que está ocurriendo en ese instante, me siento como los músicos en los conciertos. Es una experiencia muy distinta a meterse en un estudio para grabar.

A juzgar por su carrera es una persona inquieta y polifacética. Fue grafitero en su juventud, debutó como boxeador, estuvo preparándose para ser bombero... ¿en qué le ha ayudado toda esa experiencia vital en su carrera artística?

Me ha ayudado bastante porque todo lo que he vivido son activos de los que tirar y recursos que me ponen en un lugar muy normal, muy a pie de calle para contar historias como actor, como guionista o como director. Te da una perspectiva y unos puntos de vista muy ricos. El haber vivido todas esas experiencias también te hace enfrentarte de una manera más cercana, incluso más creíble a tus personajes como intérprete, como guionista o como director.

Hablando de cine, dedicó diez años de su vida a la película A cambio de nada

Sí, estoy trabajando en mi siguiente película. La estoy escribiendo justo ahora y trabajando en la financiación. Puedo adelantar que tiene un corte social muy claro, una historia muy cercana, como A cambio de nada pero en clave de comedia, con un humor ácido. Es muy canalla , irreverente y disparatada. Al mismo tiempo estoy desarrollando una serie. Ahora tengo que parar un par de meses porque voy a rodar una película como actor a finales de enero. Luego retomaré el proyecto de la película como director, guionista y productor.